La salud mental es tan importante como evitar que se contagien del Covid-19. Por eso la Gestora en Educación Social Paula Landero, especialista en psicogerontología, creó un proyecto que busca llevar música a personas mayores. “La música motiva”, dice esta especialista que ya cuenta con varios artistas que a través de Zoom llegan a hogares particulares y centros de acogidas del Senama.

Por María Luisa Galán

Durante estos últimos días se ha viralizado por las redes sociales la historia de Carlos Augusto Manço, un adulto mayor brasileño de 92 años, que decidió cumplir su sueño: titularse de arquitecto. Por más de 50 años trabajó como técnico en construcción, pero por razones económicas nunca pudo obtener su título profesional. Hoy dice que “más vale tarde que nunca” y, gracias al apoyo de su nieta, puede seguir sus estudios on line.

Así como él, hay cientos de historias de adultos mayores que han tenido que subirse al barco digital  por razones laborales, académicas o simplemente para no perder la conexión con sus familiares en estos días de pandemia. Precisamente, cuidar la salud mental de los adultos mayores en confinamiento es un tema social prioritario. Paula Landero es Gestora en Educación Social y, desde que estaba en pregrado, estudia el tema de la vejez y la salud mental. De hecho, su tesis fue sobre “envejecer sin miedo” y la hizo con apoyo de una corporación española; luego realizó un diplomado en Psicogerontologia Educativa Social en la Universidad Católica.

En sus años de trabajo con adultos mayores, algunos con Alzheimer, demencia senil y otras patologías, se dio cuenta de cómo la música los despertaba. En eso estaba cuando se incorporó a una productora musical, donde conoció a varios artistas, pudiendo hacer el click para vincular música con adultos mayores. “Mi vocación siempre ha sido ayudar a las personas. Siempre tuve la idea de llevarles música a todos los adultos mayores, mucho antes de la pandemia. Cuando hice el diplomado surgió la idea de hacer un programa de televisión para los adultos mayores. Me preguntaba ¿por qué no hay programas? ¿Por qué no hay música? Vas a Bellavista, por ejemplo, y no hay música para ellos”, cuenta, entusiasmada, Paula.

Cuando surge la pandemia se quedó sin trabajo y decidió reinventarse en lo suyo: la psicogerontología. Creó talleres personalizados online para adultos mayores donde aborda temas como tecnología amigable, juegos de activación mental, manejo de emociones y autocuidado en casa, entre otros. “Están todos preocupados del virus y no de la salud mental, psicológica y emocional de las personas. Los adultos mayores son los más vulnerables. De la noche a la mañana sufrieron pérdidas: libertad, ir a sus actividades, ver a sus nietos, comprar. Hay algunos que quedaron completamente solos. En España se vio que la noción del tiempo se perdía, el habla también”, dice.

Es así como el coronavirus, más sus talleres, experiencia y el boom digital, le permitieron concretar la idea que surgió en sus años de pregrado y creó el proyecto “Envejecer feliz”, una iniciativa que busca llevar música a adultos mayores por medio de plataformas digitales, como Zoom. Gracias a su antiguo trabajo en la productora musical, ha logrado motivar a varios artistas, quienes hoy gratuitamente les cantan canciones del recuerdo a grupos que están en hogares del Senama, por ejemplo. “Les decía a los artistas que regalaran una hora de amor, entretención y acompañamiento, para mantener conectados y estimulados a los adultos mayores”, cuenta Paula, quien con ese discurso enganchó a músicos y cantantes.

“La música lo es todo. Es un despertar y bienestar, ayuda en la parte emocional y cognitiva. Mueve las emociones, hace liberar más serotonina, endorfina y baja los niveles de cortisol, que es lo que trae la rabia, la pena, la angustia”, recalca la experta sobre la importancia de llegar con música a los adultos mayores.

Según el Censo del año 2017, un 11,4% del total de la población chilena es adulto mayor y se estima que para el año 2035 la cifra aumente a un 18,9%. Se está creando, según los expertos, una pirámide invertida poco sostenible por una sociedad que envejece. Y esto pasa no sólo en Chile, sino en varios otros países. Aun así, y a pesar de que no son nativos digitales,  son una generación que de a poco se ha ido incorporando a las tecnologías. Fundación País Digital reveló este año importantes cifras en esta materia. Por ejemplo, si en el año 2013 los usuarios de internet entre los 70 y 74 años alcanzaban el 13%, el 2020 el valor se elevó al 43,2%. Similar salto para los mayores de 80 años, que de un bajo 4,9% se incrementó a un 18,1% en 7 años.

Aún queda mucho por hacer en esta brecha digital, por eso Paula Landero hace un especial llamado a la intergeneración, a que los hijos o nietos conecten a sus adultos mayores, que los integren y que los inviten, por ejemplo, a conectarse a “Envejecer Feliz”. “Y que ellos aprendan de sus abuelos, recetas ricas, de los saberes de cómo se vivía antes, de la sabiduría de los adultos mayores. Hay muchos mitos como que ‘los abuelos no aprenden nada’, como si se les hubieran muerto sus neuronas. Mientras más entrenada la mente, más activos y autónomos somos. Hay estereotipos negativos hacia los adultos mayores, entonces este es un llamado a la empatía y a la paciencia, porque si los adultos mayores no se sienten acogidos, no preguntan y así no se aprende”, concluye la gestora en educación social.

Puedes conocer más sobre Envejecer Feliz y sus actividades en su cuenta de Facebook e Instagram.

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