Ago
2019
El increíble reencuentro de dos hijas con su padre en situación de calle
Jeannette y Patricia Beltrán supieron hace seis años que su padre, a quien no veían desde niñas, vivía en situación de calle en las inmediaciones de La Vega. “Siempre temíamos que llamaran para decirnos que había muerto de frío”, cuentan. Sin embargo, un día la historia tomó un giro inesperado que te invitamos a leer.
Por María Teresa Villafrade
“Soy la mayor de cuatro hermanos y cuando yo tenía 12 años, mi papá se fue de la casa y nunca más supimos de él. Era funcionario de la Municipalidad de Santiago y hasta el golpe militar vivíamos en un departamento en la villa Los Presidentes. Después, nos lo quitaron y nos dieron una casa de 3×5 en una población de Peñalolén. Recuerdo que éramos los únicos que teníamos televisión en el sector y los vecinos iban a mi casa a ver tele. Por esa época comenzaron los problemas de mi padre con el alcohol hasta que la situación se volvió insostenible y él se fue”, relata Jeannette Beltrán (47).
A partir de entonces, la madre se hizo cargo del sustento de los cuatro hijos del matrimonio, siendo el menor de apenas meses de edad. “Fue muy difícil para ella, lo pasó muy mal, primero por las peleas que tenía con mi papá cuando llegaba curado a la casa o sencillamente no llegaba, y después cuando se quedó sola a cargo de todo el buque”, agrega.
Hace seis años, un hermano de su padre les contó que lo había encontrado viviendo en situación de calle en La Vega. Jeannette fue con su tío Mario a verlo y evoca ese momento con emoción: “Me reconoció altiro y me preguntó hija, ¿qué le pasó a su pelo? Porque yo de niña usaba el pelo largo hasta la cintura. Fue muy impactante para mí verlo nuevamente después de tanto tiempo y en un estado tan lamentable, sucio y durmiendo entre cartones. Con mi hermana Patricia lo íbamos a ver todos los fines de semana y le llevábamos ropa y comida hasta que se nos perdió”.
Humberto Beltrán, su padre, era muy conocido en La Vega y sus alrededores. Incluso algunos comerciantes tenían los celulares de ambas hermanas para llamarlas en caso de extrema urgencia. “Siempre temíamos que llamaran para decirnos que había muerto de frío. Mi hermana le ofreció llevarlo a vivir con ella a su casa y él no quiso, se negaba porque decía que estaba acostumbrado a vivir en la calle. Tenía un rinconcito donde guardaba sus cosas, sus cartones, para nosotras fue súper complicado verlo en esa condición porque independiente de que él nos haya abandonado, no dejaba de ser nuestro papá. Siempre estuvimos tratando de ayudarlo en lo que podíamos, estaba en condiciones muy deplorables, tomaba y cada vez que lo íbamos a ver se encontraba en estado de ebriedad”, explica.
SU PADRE HACE NOTICIA EN TELEVISIÓN
Un día, el tío Mario les avisó que su padre estaba en la televisión, que la prendieran para verlo: así se enteraron de que se encontraba pernoctando en las afueras del hospital San José. La noticia lo mostraba como un hombre enfermo y tullido, y causó tanta conmoción que en ese momento se decidió llevarlo a Casa de Acogida Josse Van Der Rest del Hogar de Cristo.
“De allí se escapó dos veces. Se nos volvió a perder hasta que de la Posta 4 nos llamaron para decirnos que se encontraba hospitalizado por una neumonía. La doctora nos pidió hacernos cargo de él y nosotras le explicamos que siempre le hemos ofrecido cuidarlo, pero él nunca quiso. Así fue que lo dieron de alta y no supimos más de él. Lo buscamos por todas partes, por el Parque Forestal, Bellavista, La Vega, pero no lo encontramos”.
A fines de 2017, falleció el papá de la cuñada de Patricia Beltrán, quien vivía en la Residencia de Adulto Mayor de Recoleta del Hogar de Cristo. Estaban allá haciendo los trámites cuando en uno de los pabellones ven a un señor acostado en su cama y tapado con cartones. La hija de Patricia reconoció a su abuelo y le dijo “mamá, ese es tu papá”. Efectivamente, Humberto Beltrán había llegado en agosto de ese año al Hogar y se encontraba en proceso de adaptación. “Incluso quería dormir en el suelo, era muy difícil convencerlo de que dejara sus cachureos y su forma de vida. Pero afortunadamente se quedó allí. Al principio le costó reconocernos porque tiene demencia senil. Nosotras vamos siempre que podemos a verlo y participamos de las actividades que se realizan los primeros sábados de cada mes para los familiares”.
Jeannette cuenta que ahora él se encuentra en mejor estado de salud que ellas mismas. “Se ha rejuvenecido. Yo le tomé una foto cuando estaba en situación de calle y es otro. Él se queja igual, porque insiste en que debe volver a La Vega porque la presidenta Bachelet lo necesita allá de guardia de seguridad. Confunde mucho la realidad, dice que nosotras le quitamos la pensión de un millón de pesos que tiene, que nunca vamos a verlo y a veces me pregunta por la señora Magaly Jara Garrido, que es mi mamá. Para nosotras es una tranquilidad grande verlo tan bien cuidado”, concluye.
Así como Humberto Beltrán son 619 los adultos mayores en extrema pobreza y vulnerabilidad que son atendidos en las 13 residencias del Hogar de Cristo en todo el país. La de Recoleta, donde está el papá de Jeannette, cumplió 55 años de existencia y en ella hoy se acoge a 75 adultos mayores. Recientemente se inauguró allí la sala de cuidados especiales Alberto Hurtado, con 20 camas, que tal como señala Patricia Jofré, jefa de la Residencia Adulto Mayor del Hogar de Cristo en Recoleta, es un programa de vanguardia para dar dignidad y el mejor cuidado a personas que están en su último período de vida.