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Opinión

May

2016

Constitución sin exclusión: Hay quienes piensan que esta propuesta es una broma. En el Hogar de Cristo pensamos que es tremendamente serio.

Juan Cristóbal Romero – Director Ejecutivo Fundaciones Hogar de Cristo

Publicado en: Hoyxhoy

El Proceso Constituyente que se ha iniciado en Chile nos ha entregado una gran oportunidad para que los más pobres, aquellos que viven día a día una vida de exclusión y de derechos vulnerados, puedan tener voz y compartir los sueños y anhelos de sociedad.

La Constitución vigente dice que todos los chilenos y chilenas nacemos con igualdad de derechos y deberes. Pero en el Hogar de Cristo, constatamos cada día que los más pobres no solamente no conocen sus derechos, sino que estos son cotidianamente vulnerados.

El Padre Hurtado nos legó la delicada misión de estar junto a aquellos que nadie más está y es inspirados en su ejemplo que trabajamos con ahínco y entusiasmo con decenas de miles de acogidos a lo largo de todo Chile. Conocemos sus historias y a lo largo de todos estos años ya sabemos lo que en esencia quieren: un trato digno.

Pero no basta con que los escuchemos nosotros. Hoy pueden tener la oportunidad de ser escuchados en un proceso amplio y transversal y por eso pedimos que los grupos más vulnerables de la sociedad chilena sean incluidos en el Proceso Constituyente, que se escuche la voz de jóvenes que quieren una oportunidad de acceso a la educación o que han luchado contra el consumo problemático, adultos mayores, personas con discapacidad mental o física, personas en situación de calle, inmigrantes y muchos otros que hoy viven en la pobreza.

Recientemente entregamos al Gobierno un documento con propuestas para facilitar esta inclusión. Algunas de ellas son la simplificación del lenguaje técnico; la participación de los facilitadores en Encuentros Locales a los que concurran personas con algún tipo de discapacidad o necesidad de apoyo y el trabajo con grupos más reducidos cuando participen los segmentos más excluidos.

Son medidas concretas que permitirían contar con un proceso amplio, inclusivo y transversal. Medidas que marcarían un gran paso para lograr que quienes son permanentemente excluidos, accedan a un espacio de participación y se integren a la sociedad, promoviendo de esta manera algo tan fundamental como el ejercicio de sus derechos.

Hay quienes piensan que esta propuesta es una broma. En el Hogar de Cristo pensamos que es tremendamente serio. Cimentar una sociedad más digna, solidaria, con mayor libertad y justicia social es un trabajo de todos y esta es una enorme oportunidad para que quienes históricamente han estado al margen, hoy sean protagonistas. Hemos hecho en los últimos días un llamado ya no solamente a indignarse, sino también a involucrarse para hacerse parte de los verdaderos cambios que nuestro país necesita. A involucrarse y también a involucrar.