Jordan Soñez juntó todos los ingredientes: amigos, materiales y herramientas, para comenzar su emprendimiento de trabajo sobre listones reutilizables. Hoy son un equipo que en apenas un mes ya cuenta con clientes felices. Desde su taller ubicado Coliumo, región del Biobío, hacen tablas, letreros, lo que el cliente pida.

Por María Luisa Galán

Una tabla de picoteo hecha sobre madera nativa reciclada con vista al mar, esa es la portada de la página de Facebook de Rustik Nativo, emprendimiento con apenas un mes de vida pero que ya cuenta con más de 200 seguidores y decenas de buenos comentarios por la calidad de su trabajo. “Me encantó”, “Hermoso trabajo”, “Son secos”, son algunos de los parabienes que les dedican.

Rustik Nativo es una idea de Jordan Soñez, un recién egresado del programa Villamávida del Hogar de Cristo, ubicado en la comuna de Florida, en la región del Biobío. “Un día fui al campo de mi abuela en la cordillera y vi maderas buenas y de calidad en el suelo que se estaba pudriendo. En eso, vi un palo y dije: ‘Con esto voy a hacer una lámpara’ y me lo traje e hice la lámpara y me quedó hermosa. Dije: ‘Esto es lo mío’, vamos, partamos. Y ahora estoy en esto”, cuenta Jordan sobre la génesis de su emprendimiento. Del campo de su abuela se trajo otras cinco maderas para crear tablas de cóctel, sumó a su primo Francisco San Martín, que también quería dedicarse al trabajo en madera, y a su amigo Nicolás Arias.

Con el equipo formado, se fueron al campo del abuelo de Francisco en Coliumo, una península cerca de la ciudad de Tomé, donde se mezcla el campo con el mar. Ahí estaba la otra parte que faltaba para comenzar: un taller y máquinas. “Estábamos motivados y empezamos a hacer cosas de la nada, con súper pocos recursos. Nos pusimos a recoger madera y ver lo que podíamos hacer”, relata Jordan. Hicieron una rifa, sortearon una tabla y un vino, con eso juntaron dinero para adquirir nuevas máquinas y seguir creciendo con su proyecto. Hoy hacen de todo lo que al cliente se le ocurra en madera. “Comedores, tablas de cóctel, tablas para picar carne personalizadas, de todo lo que se pueda imaginar. Números para las casas, letreros para los campos”, agrega Jordan y recalca que trabajan sobre madera reciclada. De hecho, en su primer post se lee: “Nosotros visitamos aserraderos de la zona, extrayendo todo tipo de madera desechada en estos lugares y así poder darle vida a madera que se creía muerta”.

Hacen entregas una vez a la semana, en el auto del primo Francisco, en Concepción principalmente. Y aunque comenzaron en plena pandemia, no les ha ido nada de mal. “Siempre estamos con pega, para esta semana tenemos pega para tres días. En ese rango nos manejamos. Hay clientes, no muchos, pero de a poco porque estamos partiendo. Como la gente no puede salir a vitrinear, está buscando cosas por internet, nuestro boom está por Instagram y Facebook, por eso mantenemos la página con lindas fotos, de calidad”, cuenta un orgulloso Jordan de su emprendimiento, a la vez que se escuchan a través del teléfono el sonido de las máquinas trabajando. Está feliz. “Hago lo que me gusta y eso es impagable”, dice.

Te invitamos a conocer más de sus productos en sus páginas de Facebook e Instagram.

Únete a la segunda línea