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Reportaje

Ago

2017

Verónica Villarroel: La diva ayuda cantando

Por María Cristina Jurado. Revista Ya. El Mercurio.

A poco más de un año de crear la Fundación Verónica Villarroel y a cinco deredirigir su mirada profesional hacia Chile, la artista formó en su academia a coristas de fundaciones del Hogar de Cristo, con quienes cantó en la Cena Pan y Vino. Aquí cuenta el ensayo final.

Entramos, me hicieron pasar por el museo, antes los cantantes vocalizaron precalentaron. Me filmaban, sacaban fotografías y mientras yo caminaba (pensé en que) el canto conquista muchas cosas, en él somos iguales. (…) Me pusieron en una salita contigua al escenario mientras ellos vocalizaban, cantando un poco. Tenían unas mesitas con cafecitos, las tacitas. Era todo VIP: habían pintado las mesas de blanco y se les pegaron las tazas, porque estaban recién pintadas. ¡Un esfuerzo! Habían puesto servilletitas dobladas, hicieron lo posible para que estuviera bonito. Y me dicen: ‘Por aquí Verónica, por este caminito”.

-Y empiezan los chicos : “Con fe, lo imposible soñar, al mal….”. Ahí entro en un costado, empiezo a salir del coro y canto: “Es mi ideal, la estrella alcanzar…”, todos empezaron a mirarme y algunos se pusieron a llorar. Yo sabía que estaba pasando esto pero seguía cantando: “No importa el esfuerzo”. Hay palabras… con todo lo que dice esa canción (Un sueño imposible del musical ‘El Hombre de la Mancha’) habría que llevar un heraldo adelante, en nuestras vidas.
“Me llevé una sorpresa: me mostraron ¡cómo hacían dos voces!. Personas que nunca estuvieron relacionadas con el arte, ni con el canto. Y yo le dije a (mi hermana) Maribel, ‘¿Qué tal si en la última parte, yo me integro a ellos?’. Entonces terminé la última nota cantando con ellos. Y, ‘¿Y qué tal si levantamos las manos al final?’ Entonces Maribel les hizo levantar las manos”.
Verónica Villarroel, una de las grandes figuras operáticas que Chile ha tenido en su historia quien hizo venirse abajo a la Quinta Vergara en 2009 y quien durante más de 15 años triunfó en el Metropolitan de Nueva York, el Liceu de Barcelona las Operas de Berlín, París, Viena y la Royal Opera House de Londres, se emociona. Ni todos sus éxitos dice, la prepararon para la sorpresa que se llevó en el ensayo con su coro del Hogar de Cristo. Ayer fue el debut en la Cena Pan y Vino.

La diva, que hoy vive dividida entre sus departamentos de Nueva York -ciudad donde ha residido 31 años ininterrumpidos- y de Santiago, se dio a la tarea en cuerpo y alma. En el coro participaron unas 60 personas entre catorce y ochenta años, todos miembros de diversas fundaciones. Entre ellos, Súmate, para la reintegración escolar; Paréntesis, que rehabilita a víctimas de alcohol y drogas; Emplea; Rostros Nuevos, para la inclusión de discapacitados mentales y adultos mayores de hospederías. Personas casi sin acceso a expresiones de cultura, quienes se formaron durante un mes en la academia musical de Verónica en sesiones semanales con cuatro profesores, comandados por la hermana cantante de Verónica, Maribel.

En la Academia de Las Condes, que hoy tiene a 120 alumnos de todo Chile, se les enseñó a los coristas del 1 logar de Cristo a vocalizar, respirar y analizar las letras de las canciones.

-Para nosotros, la información es importante. No solamente la interpretación, sino qué valor tú le puedes dar a la música, a las palabras, de dónde viene (la canción), por qué se escribió, dice Villarroel, quien en su carrera, ha compartido con todas las grandes voces de la ópera de fines del siglo veinte.
Verónica se preparó con la misma disciplina que aprendió en la Juilliard School de Nueva York, que la formó como cantante de ópera. No solo quiso acompañar al coro de las fundaciones, sino también interpretar canciones de su propio repertorio. Ahora que todo pasó, algunos coristas seguirán estudiando canto en forma gratuita en la academia de la diva. Para ella es solo otra de las formas de ayudar en su país.

 

 

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