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Covid-19

Jun

2020

Te necesitamos: ¡Únete a la segunda línea!

Esta campaña es un llamado a los que tienen la fortuna de poder cuidarse haciendo cuarentena, conservan su trabajo, cuentan con ingresos y sienten la responsabilidad de ayudar a los que están fuera, trabajando por los más vulnerables: adultos mayores no valentes, mujeres y hombres con discapacidad mental, personas en situación de calle. Colabora con la causa de la primera línea de trabajadores del Hogar de Cristo, es urgente.

Comunicaciones Hogar de Cristo

El concepto “primera línea” a estas alturas de la pandemia global es universal y expresa el reconocimiento a los que se la juegan en las unidades de pacientes críticos, en las urgencias, en los centros de salud primarios. Son “los bomberos de la salud”.

En nuestro caso, la primera línea es la que sale a tomar la temperatura corporal e indagar sobre síntomas de contagio en las personas en situación de calle; los que se ocupan 24/7 de los más vulnerables en nuestras residencias, hospederías, casas de acogida. Hablamos de adultos mayores, no valentes en su mayoría; de hombres y mujeres con discapacidad mental; de personas con problemas de consumo problemático de alcohol y de otras drogas; de niños y jóvenes en régimen de protección. Nuestra primera línea también la integran educadores, trabajadores sociales, sicólogos que apoyan a las familias de los alumnos de nuestras escuelas de reingreso y de los lactantes y párvulos de nuestros jardines infantiles y salas cuna, así como los asistentes sociales, terapeutas ocupacionales, técnicos en enfermería, que están atentos a las necesidades de los adultos mayores que integran nuestros programas de atención domiciliaria, muchos postrados, atendidos muchas veces por un cuidador tan mayor como ellos, en pobreza y abandono extremo. Esos trabajadores son “los bomberos de lo social”, y cuentan con el soporte de los que están haciendo teletrabajo, permitiendo que cuidemos a los más vulnerables.

A esa primera línea es a la que te invitamos a apoyar integrándote a nuestra segunda línea. Esa que, desde la seguridad, la conciencia y la solidaridad de sus casas, puede -mediante una donación- apoyar el trabajo de los que se exponen allá fuera, donde las papas queman, para proteger a los más vulnerables.

Como lo explica nuestro director ejecutivo, Juan Cristóbal Romero: “El mensaje apela a la corresponsabilidad, a la noción de que todos somos parte de una cadena donde cada eslabón es clave. El Hogar de Cristo requiere de la participación de toda la sociedad para cumplir su propósito: el fundacional –hacer de Chile un país más digno y justo– y el coyuntural ahora en la emergencia –impedir que la pandemia y sus tremendas consecuencias económicas y sociales golpeen y perjudiquen a los más pobres, vulnerables y excluidos, matándolos por coronavirus o por hambre–. En estos últimos meses se ha puesto de relieve, más que nunca, la importancia de mantenernos unidos y de apoyarnos entre todos. En este momento complejo, debemos estar especialmente cerca de los que lo están pasando más mal. La invitación entonces es a mantenernos conectados, en una cadena solidaria, donde cada eslabón es indispensable, donde la primera línea requiere de la segunda para funcionar y no cejar en la protección de los más vulnerables”.

En Sudáfrica, existe un concepto filosófico sobre la que se sustenta la democracia post apartheid, el ubuntu, que es la capacidad de expresar la compasión, la reciprocidad, la dignidad, la armonía y la humanidad para construir y mantener una comunidad con justicia y mutua preocupación. La filosofía de Ubuntu proviene de la comprensión de que la vida de cada uno está profundamente ligada a la del otro y que debemos utilizar el poder personal para comprometernos con el bien común, en oposición al bien individual aislado. Por eso, te pedimos, únete a la segunda línea del Hogar de Cristo y sigamos trabajando juntos por hacer de Chile un país más digno y justo, pese a la pandemia. Más que nunca, te necesitamos.

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