Después de mucho peregrinar, el programa de personas en situación de calle del Hogar de Cristo finalmente cuenta con una sede con todas las condiciones necesarias para funcionar. Acá les mostramos algunas postales del feliz acontecimiento.

Por Comunicaciones Hogar de Cristo

A celebrar con postres, justo cuando en Santiago el termómetro marcaba los 34 grados centígrados, invitó el equipo completo que lidera Edgardo Hidalgo, Jefe de Operación Social Territorial RM2. ¿Motivo? Inaugurar la nueva casa en que a partir de ahora funciona el Programa Personas en Situación de Calle.

Juan Cristóbal Romero, director ejecutivo del Hogar de Cristo, agradeció la paciencia que tuvo este comprometido grupo de trabajadores para itinerar de un lugar a otro del antiguo edificio levantado por el padre Hurtado hasta encontrar la sede definitiva. “Sin duda que fue un poco ´callejera´ la situación, pero ahora se ha terminado el peregrinaje. Este programa representa la esencia del Hogar de Cristo, que es acoger y convocar a la sociedad en la lucha por la dignidad de los más vulnerados del país. Aquí se reúnen voluntarios y trabajadores de nuestra institución para salir al encuentro de los más pobres entre los pobres, que son los que no tienen un techo donde cobijarse”.

Eva Lara, encargada de este programa social del cual es alma y motor, estaba feliz. “Nosotros tenemos que estar bien para poder dar un buen servicio y este es un espacio de encuentro, para compartir, dialogar, hacer comunidad. Recién la semana pasada hicimos un Círculo Territorial maravilloso con las personas en situación de calle. Incluso, antes de las conversaciones, preparamos una porotada. Después vino la conversación, donde fue claro que ellos quieren que se solucione el problema de la vivienda, esa es su principal demanda, por encima incluso del tema salud, está en vivir en condiciones dignas de habitabilidad”.

Efectivamente, el estallido social de hace un mes, coincidió con el fin de los dispositivos que son parte del Plan Invierno, lo que disminuyó las plazas en albergues y hospederías. Con las manifestaciones, la violencia, los días en que hubo toque de queda, muchos han visto aún más complicada la vida en la calle. Destrucción de rucos, tanto a causa de la acción de la fuerza policial como de los manifestantes más violentos que han usado todo lo que tienen a su mano para encender fogatas y hacer barricadas, han dificultado el pernoctar a la intemperie.

La sede que hoy se inaugura y se bendice no es una casa de acogida que ofrezca techo  a las personas en situación de calle, pero sí se programan actividades que las ayudan. Eva ejemplifica: “Si alguno de los chiquillos de nuestra Ruta Calle tiene una hora médica, acá le ofrecemos ducha, ropa limpia, todo lo necesario para que pueda acudir con dignidad a su cita”.

A esa ayuda para la recuperación de su dignidad, la inclusión integral en las redes de salud y otros servicios, se agrega la organización de las rutas de calle diarias, donde decenas de voluntarios arman los sándwiches, los termos con sopa y agua para el té y el café con el que salen a visitar a quienes viven en diferentes sectores de Santiago. “Contar con un espacio para este fin, con agua, un horno, es realmente un gran avance”, dice Eva Lara, rodeada de dulces maravillas: leche asada, arroz con leche, duraznos con crema, pie de limón, diferentes tortas, que ahora reparte entre sus invitados que la acompañan a ella y a su equipo en el inicio de esta nueva etapa.

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