Ellos son parte del grupo que participó de los talleres de literatura que realiza fundación Rostros Nuevos del Hogar de Cristo. Estos cuatro escritores amateur postulan con sus ficciones a ser reconocidos por su talento expresivo en prosa o verso. Tienen discapacidad mental, pero su capacidad creativa se hace patente en estos virales que compartimos, junto con un mensaje de inclusión para quienes, no por ser diferentes, dejan de ser seres humanos capaces y valiosos.

Comunicaciones Hogar de Cristo.

La literatura no tiene límites; bien lo saben Jonathan, Julia, Cristian y Catalina. Ellos fueron parte del Taller Literario que realizó el Hogar de Cristo este año en sus distintos programas de Santiago. Por su creatividad están postulados a ser reconocidos entre los mejores escritores de cuento y/o poesía 2018, galardón que será entregado en enero de 2019.

Rostros Nuevos realiza desde hace años estos talleres con el objetivo de promover espacios de expresión para personas adultas en situación de pobreza con discapacidad mental. La fundación del Hogar de Cristo, en sus distintos programas de apoyo social, fomenta la participación cultural como herramienta relevante para la inclusión social de esta población de la que se cree, erróneamente, no cuenta con talentos artísticos y literarios.

Jonathan, Julia, Cristian y Catalina son parte de las personas que han demostrado lo contrario. Tal como lo manifiestan en los videos que el Hogar de Cristo está promoviendo en sus redes sociales, ellos leen un extracto de sus creaciones, muchas reflejo de sus emociones y vivencias.

Jonathan, quien sin saber leer ni escribir ideó un cuento sobre Cupido y, gracias a la ayuda de sus terapeutas, pudo plasmar su historia de amor en una hoja de papel. Por otra parte, está Julia, quien describe la delicadeza del pétalo de una flor. Y Catalina que reflexiona sobre el trabajo, y el cuento de integración que escribió Cristián.

La literatura surge para las personas con discapacidad mental como una maravillosa herramienta de inclusión social, es un espacio mediante el cual transmiten ideas, emociones y, sobre todo, es una rica fuente de desarrollo personal, que permite superar barreras y dificultades físicas, relacionales, comunicativas, entre otras.

El año pasado, en la categoría poesía ganó Marilde Queupuán, con su “Oda a la locura”. Oriunda de Osorno, Marilde murió en octubre de este año, dejando un legado creativo notable. “¿¡Cuánta locura!? No me atrevo a prohibirlo ni a cuestionarlo, pues la locura es mi pasión. Me encuentro llena de vida cada vez que se produce un producto nuevo, quisiera probarlo, tocarlo y sentirlo abiertamente, sin límites ¿y que locura te produciría a ti, teniendo a la mano la candencia del producto, como si fuera un pan recién horneado?”.

Los videos de Jonathan, Julia, Cristian y Catalina los puedes ver aquí.