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Opinión

Jul

2016

Invierno no mata; sí la indiferencia

Pablo Walker – Capellán General Hogar de Cristo

Publicada en diario: El Mercurio 

Con estas palabras, “conócete a ti mismo”, Sócrates instruía a sus alumnos: “Una vez que te conozcas, podrás aprender a cuidar de ti, pero si no te conoces, nunca lo harás”. Conocernos los chilenos puede realmente salvar vidas, particularmente en un país tan segregado en el que “nos hacemos la desconocida”. Quizás porque aún no vemos la relación entre nuestras decisiones y la vida o muerte del más vulnerable en nuestro país.

Sólo en 2009 fallecían al año 300 personas abandonadas en la vía pública, la mayoría de hipotermia. Vergonzosa indiferencia. En ese momento, organizaciones de la Red Calle junto al Gobierno, se agruparon en una mesa de trabajo para avanzar en una política pública capaz no sólo de evitar que las  personas en situación de calle se murieran de frío, sino para que existiera una red de programas donde las personas en situación de calle encontraran un camino de retorno a su vidas: acogida, salud mental, tratamiento para consumo problemático de alcohol y drogas, reinserción laboral o acceso a la vivienda…

Como primer paso se implementó, en 2010, el Plan Invierno Calle que salvó cientos de vidas, pero faltó crear una política pública con un trabajo sistemático de prevención y promoción. Como resultado hoy la calle sigue matando… 31 personas han muerto este año. Y  llegamos, como cada invierno, tarde.

¿Qué podemos cambiar? Mientras sigue avanzando el trabajo de las organizaciones tus decisiones personales pueden hacer la diferencia entre la vida y la muerte de una persona. Sincerémonos, los límites los ponemos nosotros mismos. Si cuando se acerque una persona con evidentes signos de estar durmiendo a la intemperie, con las huellas del abandono, del abuso y la exclusión, si en vez de subir el vidrio nos detenemos, conversamos, nos hacemos sus vecinos, le saludamos por su nombre o le ofrecemos traslado a un albergue… marcaremos la inmensa diferencia.

Conocernos los chilenos hoy sí puede salvar vidas. Compatriotas, no nos hagamos más la desconocida. El invierno no es el que  mata; lo que mata es la indiferencia.