Nov
2017
Hogar de Cristo donó registro histórico de Juan Pablo II
En1987, en Chile por primera vez un Papa recorría nuestro país en una visita llena de significados espirituales y políticos. Durante su visita, que se extendió entre el 1 y el 6 de abril de ese añoo, Juan Pablo II llegó a la región de Magallanes para participar del Encuentro por la Paz en el Estadio Fiscal de Punta Arenas.
Por Daniela Calderón
Durante a esa actividad y al recibir como ofrenda el libro de visitas de la primera Residencia para el Adulto Mayor del Hogar de Cristo de la austral ciudad, el Papa Juan Pablo II, en una actitud absolutamente inusual dados los estrictos protocolos del Vaticano, firmó la primera hoja en blanco del libro que luego fue utilizado para registrar los mensajes de inspiración y motivación de la comunidad hacia la labor de la fundación.
Hoy, 30 años después de ese acontecimiento y tras ser rescatado de un incendio en 2013, el Hogar de Cristo decidió donar este valioso registro histórico al Museo Maggiorino Borgatello de la congregación Salesiana.
La solemne actividad fue encabezada por el Capellán Nacional del Hogar de Cristo, Pablo Walker, quien destacó la importancia de este valioso y significativo regalo: “Hoy se cumple un hito importante, en que este libro, firmado por puño y letra del Papa Juan Pablo II, llega a este museo para que pueda ser admirado e inspire a las futuras generaciones en su cariño por el señor Jesucristo y su reconocimiento por los hermanos que sufren pobreza”.
Salvatore Cirillo, director del Museo Maggiorino Borgatello, se mostró emocionado y rescató la importancia histórica de este libro: “Es una gran alegría ver directamente la firma del Papa, quien escribió en esta tierra su discurso por la paz. Esta firma viene a ratificar otros objetos que tenemos y que nos recuerdan aquella presencia significativa para los magallánicos y el mundo cristiano”.
La donación con la firma del Papa Juan Pablo II se enmarca dentro de la publicación de un libro y un documental que buscan revelar los secretos que guardan las paredes del edificio construido a principios del siglo XX y que hoy es reconocido como la Residencia para el Adulto mayor del Hogar de Cristo en Punta Arenas.