Desde 2017, Hogar de Cristo reconoce las habilidades y experiencias de los cuidadores primarios de adulto mayor y discapacidad mental. Este 2020 y por primera vez, se suma la posibilidad de acreditar la experiencia adquirida en los años de trabajo para quienes no tienen título técnico o profesional y atienden a personas en situación de calle, generando una satisfacción indescriptible en quienes lo logran.

Por María Luisa Galán

Por primera vez la Escuela de Formación del Hogar de Cristo reconocerá formalmente los conocimientos, habilidades y actitudes de los monitores de Hospedería, esto en el marco del proceso de Certificación de Competencias Laborales, una instancia que permite que trabajadores sin título técnico o profesional puedan validar sus años de experiencia.

La Escuela de Formación nace el año 2017 y, junto a ella, se crea el proceso de Certificación de Competencias. El primero fue para el cuidador primario, cuyo perfil fue creado el 2016 por el Servicio Nacional de la Discapacidad (Senadis) y fue el Hogar de Cristo la primera organización en acreditar a sus trabajadores como cuidadores primarios de adulto mayor o discapacidad mental.

“Pero queríamos avanzar y no sólo quedarnos con ese grupo de trabajadores. Entonces, a fines del 2018, se presentó un proyecto a Chile Valora -organismo estatal que busca certificar los conocimientos, habilidades y actitudes de los trabajadores que no tienen estudios formales ni título profesional- para levantar el perfil de monitor de hospedería. El proyecto fue adjudicado, pero aquí nosotros actuamos como proponentes, pero este no es un perfil para el Hogar de Cristo, sino que es transversal a todas las organizaciones a nivel país”, cuenta Claudia Aravena, subgerente de Formación del Hogar de Cristo, quien agrega que en la elaboración de los perfiles participa una mesa tripartita llamada Organismos Sectoriales de Competencias Laborales (OSCL) y compuesta por trabajadores, empleadores y el gobierno, a través de Chile Valora.

Durante el 2019, la mencionada mesa estuvo construyendo el perfil para Monitor de Hospedería, siendo aprobado el mismo año. Y será durante este 2020 que los trabajadores podrán participar por primera vez de este proceso de certificación, mientras que es el cuarto año para el de cuidador primario.

“Lo que se busca es unir las trayectorias educativas. Cuando un cuidador primero ingresa a estudiar técnico en enfermería, por ejemplo, no tienen que partir del primer semestre porque ya tiene sus competencias reconocidas. Entonces, al final, se demoran menos en cursar una carrera técnica”, cuenta Claudia Aravena, profesora de profesión, con amplia experiencia en el mundo académico e investigación.

“Queremos que el trabajador acredite las competencias que ya tiene. Nosotros los preparamos para el proceso evaluativo que tiene distintas etapas: pruebas de conocimientos escritas y orales, evaluación del jefe directo, simulaciones, aplicación de Pautas de Registro de Observación en Terreno y un examen en terreno. Nosotros les hacemos un curso de preparación para hacer consciente lo que ellos ya saben, porque llevan 20 años y  se les pudo olvidar el nombre técnico de lo que hacen habitualmente. Y todo culmina en una ceremonia que releva la importancia que tiene este proceso para la fundación y sus trabajadores, porque es un reconocimiento con validez nacional y no es sólo una acreditación interna”, agrega Claudia.

El proceso de certificación y evaluación es realizado por la Universidad Federico Santa María, entidad que acuña los dos mencionados perfiles enmarcados dentro del área de la asistencia social. Desde su creación, el proceso de certificación para los trabajadores del Hogar de Cristo ha entregado más de 150 diplomas. Nelba Burgos, de la Residencia para Adultos del Hogar de Cristo de Nos, es una de ellas. En la ceremonia de reconocimiento, el año 2017, dijo: “Parezco una paloma con la certificación, con el pecho bien inflado. Uno siente que no lo está haciendo mal, pero esta es la muestra de que lo haces bien. La gente que estudia, conoce la teoría, pero tienen que ir donde las papas queman, que es donde estamos nosotras”.

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