Feb
2019
Constanza Cárcamo: voluntaria sin fronteras
Tiene 19 años y se tomará un año sabático para dedicarse a ser voluntaria de tiempo completo antes de entrar a la universidad. Lleva más de ocho años trabajando con instituciones forma voluntaria y ahora partirá a África a ayudar.
Por Arantza Alvayay Ramírez
Cada año, más de 200 mil jóvenes postulan a las distintas instituciones de educación superior de nuestro país. Constanza Cárcamo (19) tomó una decisión diferente. Luego de salir del colegio, decidió tomarse un año sabático para dedicarse cien por ciento al trabajo voluntario. Su primera experiencia fue cuando tenía 11 años y acompañó a su madre a visitar un hogar de niñas. Algo se despertó en ella y desde entonces ha realizado toda clase de voluntariado.
La primera vez que organizó uno por su cuenta tenía 15. Junto a sus amigas del colegio armaron una visita a una residencia de adultos mayores. Reconoce que le gusta trabajar con ellos, le gustaría que pasen sus últimos días contentos y se sientan escuchados.
Desde entonces ha pasado por distintas instituciones benéficas como voluntaria, siendo las más recurrentes Techo, Hogar de Cristo y distintos hogares para ancianos y niños. Pintar salas de clases, organizar visitas a Fantasilandia y actividades con niños o adultos mayores son algunas de los voluntariados en los que Constanza participa.
El voluntariado le ha entregado una perspectiva de la vida que no conocería de otra forma. Conoció gente abandonada, sin familia, vulnerada. “Estas realidades son muy difíciles, por eso si puedo aportar en algo lo voy a hacer”, afirma. El mensaje es claro; entregar lo mejor de sí, acompañar a quienes más lo necesitan y marcar la diferencia.
Con más de cinco voluntariados distintos en el cuerpo, ahora Constanza busca nuevos horizontes para seguir ayudando y Sudáfrica es su próxima parada. Irá a hacer un voluntariado hacia fines de 2019 con Altos de Jahuel, una organización laica presente en África. “Me gustaría que la gente de mi edad se motive; solo tenemos una vida para acabar con la indiferencia. Todos somos iguales. Si todos compartimos ese sentimiento y ponemos nuestro granito de arena podemos generar cambios”.
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