Por séptimo año consecutivo, el 15 de septiembre se realizará en la plaza aledaña al Hogar de Cristo, en Estación Central, una nueva versión de la Fonda Solidaria que organizan vecinos y voluntarios del Hogar de Cristo para los acogidos de la fundación, liderados por un ex habitante de un internado para niños vulnerables. Esta es su historia.

Por María Teresa Villafrade

Justo en noviembre de 2018, Claudio Muñoz (53) cumplirá 30 años como voluntario del Hogar de Cristo, pero su vínculo con la Fundación se remonta a su infancia ya que desde su casa -ubicada frente a la casa matriz de la fundación del Padre Hurtado-, se arrancaba de los malos tratos de su padre alcohólico y se refugiaba en el internado para 27 niños vulnerables que eran atendidos en aquellos años con educación, vestuario, hospedaje y comida: “Siempre había una cama y un plato de comida para mí”, dice recordando a quienes se convirtieron en sus amigos entrañables de esos tiempos. “El 70 por ciento de esos niños se convirtió en profesional”.

Claudio, que hoy es dueño de un kiosko frente a la plaza, cuenta que a los 17 años se le ocurrió la humorada de usar la sotana del padre Julio Stragier quien trabajaba en el área de Vivienda junto al hoy nonagenario padre Josse Van der Rest. “Me la puse y me senté en el confesionario hasta donde llegó una señora a contarme sus pecados. Justo en ese momento entró el padre Julio y me llamó al orden muy enojado. Como castigo me obligó a trabajar durante cuatro fines de semana seguidos haciendo aseo en la hospedería de hombres, pero esos días se convirtieron en seis meses primero y luego en años colaborando como voluntario en la pastoral”.

En esa travesura infantil se origina la Fonda Solidaria que ya va en su séptima versión y de cuyo comité organizador Claudio es el líder. Tal como ocurre cada año, son muchos los aportes que se reciben y que hacen posible que más de 200 personas en situación de calle disfruten, a contar del mediodía, de música en vivo, de la actuación de un conjunto folclórico y de una rica parrillada inmediatamente después de la tradicional misa a la chilena. Desde las 250 porciones de mote con huesillo que regala “Copihue”, el famoso local con 40 años de vida en el barrio Independencia, hasta las 100 empanadas que un donante anónimo va a dejar en cada oportunidad en su camioneta, pasando por el aporte en dinero y el trabajo voluntario de nuestros colaboradores.

Claudio sentía que las Fiestas Patrias debían ser celebradas de una manera especial para las personas en situación de calle que diariamente veía acudir a las hospederías. Su propuesta se hizo realidad en 2011 y desde entonces vecinos, voluntarios, colaboradores y beneficiarios del Hogar de Cristo participan y dan vida a la Fonda Solidaria cada 18 de septiembre…aunque esta vez se adelanta al sábado 15.

Nacido y criado en estos lares, Claudio desde su kiosko ubicado frente al Hogar de Cristo, ha visto crecer a la fundación y su trabajo con los más necesitados. “Ha cambiado mucho, pero ha mantenido la esencia que inspiró a San Alberto Hurtado y es el amor por los pobres”, precisa.

¡Ven a festejar el aniversario patrio en nuestra Fonda Solidaria por un Chile más hermano y más justo!

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