Ene
2018
“Chile no se hace cargo de sus enfermos terminales”
Este jueves 28 de diciembre, se inauguró el Memorial Padre Hurtado y se rindió homenaje a las cientos de personas que trabajaron en la sala de enfermos del mismo nombre, ubicada en la Casa Central de Hogar de Cristo. Al mismo tiempo nacen 4 salas nuevas en regiones que albergarán a adultos mayores en el fin de su vida.
Por Mauricio Bascuñán A.
Una de las más emocionadas con la ceremonia fue la actual jefa de la sala de enfermos terminales Hogar de Cristo, la kinesióloga Katherine Reyes. Muy conmovida y, después de recorrer las tres salas del memorial, indicó que le parece excelente que el capellán Pablo Walker y destacados protagonistas de la historia de la sala de enfermos de Estación Central, hayan recordado a las más de mil personas que se atendieron allí. “En este lugar fuimos testigos del encuentro con Dios”, destacando que el gran aporte de la sala que hoy se transformó en un sitio de recuerdo, fue que “ayudó a que miles de chilenos no murieran en la calle, acompañados y de una manera digna”.
Katherine Reyes recalcó los altos estándares de calidad que llegó a alcanzar la sala, con un costo cercano a 1 millón 300 mil pesos por adulto mayor al mes. 22 camas que recibieron a enfermos de alta complejidad, muchas veces “derivados de toda la red pública” o de hogares para personas en situación de vulnerabilidad.
La kinesióloga llamó al Estado a preocuparse por la salud de la tercera edad: “Chile no se hace cargo de los pacientes terminales. Cada vez los chilenos viven más y cada vez con más enfermedades. Morir dignamente no solo quiere decir que un paciente fallezca en una cama limpia, también significa que fallezca acompañado, que rece, que muera sin dolor, sin sufrimiento, ni físico ni espiritual”.
Carolina Cortés, voluntaria desde 2012, indica que este proceso de expansión en regiones “ha sido duro”, ya que alrededor de estas camas encontró a Jesús y logró desarrollar su veta solidaria. Plantea que para que el espíritu de la sala de enfermos de Estación Central no se pierda, muchos acompañarán los procesos en Nos, Valparaíso, Concepción y Recoleta. “Se terminó un ciclo, pero el llamado es a no irse. Los nuevos lugares tienen más espacios e infraestructura”, acotó.
El capellán de Hogar de Cristo Pablo Walker recalcó durante la breve ceremonia el valor y orgullo por los trabajadores y voluntarios “del dolor”. “Lo que está sucediendo en este momento nos inspira con la motivación de la caravana, de la posta. Que este sea un lugar que quede marcado, inspirando la misión y el trabajo nuestro y de los que vendrán. Que esta mística inspire a los programas que parten a regiones”.
Ahora, las salas de pacientes terminales fuera de la casa matriz del Hogar de Cristo, se denominarán de “Salas de cuidados especiales” ya que albergarán esencialmente a acogidos de Hogar de Cristo de 80 años hacia arriba, y estarán en 4 comunas del país. En Concepción, Nos y Recoleta, tendrá una capacidad de 10 camas por dispositivo, mientras que en Valparaíso serán 9. El propósito de la migración es “descentralizar” el programa que hasta la fecha hospedaba mayoritariamente a acogidos de la Región Metropolitana.
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