Después de dos años de encierro, alcohol gel y cuarentena, voluntarios, trabajadores y acogidos del Hogar de Cristo se reunieron en la fonda “La Solidaria” para celebrar el aniversario patrio con cueca brava, una deliciosa parrillada al aire libre y todas las precauciones sanitarias requeridas. Fue al alero de la Parroquia Jesús Obrero.

Por Matías Concha P.

“Hoy celebramos las fiestas de un país cada vez más diverso y, a pesar de que estamos festejando el cumpleaños de Chile, les pido que alerten sus sentidos, mantengan abiertos, para recibir y acoger a personas de otros países, que hoy también forman parte de esta gran nación”, comenzó diciendo el capellán del Hogar de Cristo, José Francisco Yuraszeck S.J., en abierta alusión a los hermanos migrantes.

Más de 100 acogidos de las hospederías del Hogar de Cristo y del programa “Apoyo, Cuidado y Desarrollo de la Autonomía” para personas con discapacidad mental, disfrutaron este jueves de la tradicional celebración dieciochera en el patio de la Parroquia Jesús Obrero, ubicada en Estación Central.

Como siempre, la actividad fue organizada por Claudio Muñoz, vecino y voluntario por tres décadas de la fundación, quien aúna voluntades y donativos de muchas personas para entregar momentos de alegría que, desde hace diez años, disfrutan los acogidos en las hospederías de hombres y de mujeres, adultos mayores y personas con discapacidad mental. “Esto a mí me llena el corazón, creo nos hacía falta volver a vernos. El año pasado no pudimos hacer ningún tipo de reunión debido a la pandemia, pero este año -siguiendo todos los protocolos- logramos sacar adelante la fonda. Qué lindo es ver al Hogar de Cristo reunido”.

El evento fue transmitido a todo Chile a través de las redes sociales del Hogar de Cristo, y  comenzó con una misa a la chilena a cargo del capellán general, José Francisco Yuraszeck S.J. Luego siguió con la actuación del grupo folclórico Raíces de la Estación y los tradicionales y sucesivos pies de cuecas. Después le tocó el turno al nuevo alcalde de Estación Central, Felipe Muñoz, quien en medio de los bailes y las payas, dijo que para él “es un verdadero honor celebrar con ustedes. Se los digo porque toda mi vida ha girado en torno a Estación Central, yo vivo aquí, mis hijos también viven aquí, entonces conozco perfecto el tremendo trabajo que hace Hogar de Cristo con los más pobres de la comuna, así es que les digo, cuenten conmigo siempre”.

Antes de concluir la celebración, uno de los acogidos de la Casa de Acogida Josse Van Der Rest, Roberto Muñoz, de 72 años, dijo emocionado: “Necesitábamos juntarnos de nuevo, el año pasado lo pasamos pésimo, los viejos estuvimos sin poder hacer nada… Por eso quiero darle las gracias a todos los que ayudan al Hogar de Cristo, porque sin ellos seguiríamos en la calle. Acá me cuidan, tengo baño y, bueno, el asado está muy rico. ¡Qué Dios bendiga al parrillero y a todos los que hicieron esto posible!”.

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