Múltiples gastos extras ha tenido la fundación durante este año y medio de pandemia. Para paliar esta situación, el área de recursos creó un programa que busca disminuir los costos a la operación social. Aquí les contamos de qué se trata.

Por María Luisa Galán

“Donación en especies”, se llama la iniciativa que Hogar de Cristo ha estado desarrollando en estos meses de pandemia. El plan consiste en valorizar los productos donados en grandes volúmenes por las empresas y, con ello, aportar y rebajar el presupuesto de cada programa de la fundación y redestinar esos recursos a otros ítemes. Walmart, es una de las firmas que desde hace años participa activamente con la fundación y que durante esta crisis social ha estado más presente que nunca.

“En Walmart hoy más que nunca estamos conscientes del importante rol social que cumplimos como compañía. El vínculo que hemos desarrollado con las comunidades aledañas a nuestras tiendas nos ha llevado a redoblar los esfuerzos por acompañarlos en estos difíciles momentos. Es así como durante la pandemia hemos realizado numerosas donaciones a distintas entidades y comunidades que lo requieren”, comenta Stefanie Pope, subgerente de Sustentabilidad y Valor Compartido de la multinacional.

Alimentos, artículos de protección personal y mobiliario son los principales productos donados. Todo muy necesario para que subsistan sin riesgos los acogidos de los diferentes dispositivos del Hogar de Cristo. Una de las  encargadas de distribuir es Úrsula Garrido, secretaria de Operación Social y también reservista del Ejército: “Lo que hago es clasificar la ropa y entregarla, por ejemplo, a programas de la región Metropolitana donde hay niños. Después, llegó textil y lo mandé a todos lados. En la hospedería de San Bernardo usaron las alfombras y los cojines para arreglar su living. Estaban muy agradecidos”, cuenta recalcando que en su caso sólo distribuye en la capital.

Precisamente, la empresa de origen estadounidense ha hecho 20 donaciones este año. Estas  consisten principalmente en alimentos no perecibles -azúcar, arroz, fideos y café-, productos de carnicería -carne molida y vienesas- y también artículos de aseo personal -champú, cepillo de dientes, detergente y papel higiénico-. Se agregan también colchones, juguetes, menaje, artículos de navidad, vestuario de niño y adulto.

“A través de este tipo de acciones, generamos un doble impacto: contribuir a que muchos chilenos puedan acceder a un plato de comida y otro tipo de artículos de primera necesidad, y –al mismo tiempo– avanzar hacia una operación más sustentable, evitando el desperdicio de alimentos y productos no comercializables por razones estéticas, pero que se encuentran en perfecto estado para el consumo humano”, dice Stefanie Pope.

En Puerto Montt también recibieron donación de Walmart. La Hospedería fue beneficiada con dos palets de frutas y verduras. “Esto nos alcanza para el mes y nos sacó de la rutina de lo que están habituados a comer nuestros residentes y funcionarios. Nos donaron hartos plátanos, y como nosotros también teníamos y es bien perecible, hicimos queques para la once; algo que no es común”, cuenta Carolina Uribe, enfermera y jefa subrogante de la Residencia de Adultos Mayores Padre José Fernández, la cual acoge a 42 personas, nueve mujeres y el resto hombres.

“Este aporte nos permite redestinar una parte de nuestro presupuesto. Llegaron productos que no están cubiertos por nosotros, como por ejemplo la lechuga. Entonces disminuimos las verduras que usamos para las ensaladas y las reemplazamos por estas lechugas. También nos llegaron zanahorias que son parte de nuestro pedido habitual, así que compramos menos este mes”, añade Carolina.

Cecilia Ramírez es la jefa de Operaciones en Terreno y Donaciones en Especies del Hogar de Cristo  que desde hace años lidera la relación con empresas. “Siempre hemos tenido la necesidad de  plantearles cuáles son nuestras mayores necesidades, y Walmart nos considera mucho porque somos aliados. Con esta campaña, los programas rebajan presupuesto porque les liberamos un monto que a nosotros como área de Recursos nos queda como ingreso, que es cuantificado por la dirección de Abastecimiento. Por ejemplo, si una empresa nos dona veinte mil mascarillas de tres pliegues; eso para nosotros pueden ser dos millones”, cuenta feliz y orgullosa de este vínculo.

“Como compañía esperamos seguir desarrollando la alianza virtuosa que mantenemos con el Hogar de Cristo –y con tantas otras organizaciones de estas características a lo largo del país–, ya que estamos convencidos del efecto movilizador que tiene, inspirando a que otras compañías se sumen a la cruzada de entregar un mejor presente a las personas que más lo necesitan”, finaliza Stefanie Pope.

Por razones sanitarias, el año pasado la bodega del Hogar de Cristo ubicada en calle Jotabeche, en Estación Central, cerró sus puertas para donaciones. Esto, para destinar el espacio ciento por ciento  a la donación de artículos de protección personal y alimentos. Atrás quedaron los días en que llegaban lotes de ropa por parte de particulares. Hoy, si alguien quiere contribuir, tiene que ser en grandes volúmenes y productos esenciales para el funcionamiento de los programas de Hogar de Cristo.