La actual crisis sanitaria no fue un impedimento para entregar amor y felicidad a los acogidos del Hogar de Cristo. Al ritmo de Shakira y Lucho Barrios, personas con discapacidad mental celebraron en La Granja, mientras que en La Serena hubo una ruta con  los ayudantes del Viejito Pascuero por las casas de niños y jóvenes del programa socioeducativo de Súmate ubicado en el sector de Las Compañías.

Por María Luisa Galán

Cada año, en la vida pre COVID-19, el Centro de Atención Residencial (CAR) San Luis Gonzaga del Hogar de Cristo, ubicado en La Granja, preparaba una celebración de Navidad el último viernes antes de Nochebuena. Se juntaban las tres secciones que componen el programa, desde los acogidos con discapacidad mental con mayor dependencia hasta los con más autonomía. Se adornaba el patio con guirnaldas, se preparaba un rico picoteo, bailaban al ritmo de Shakira, cantaban karaoke con las letras de Lucho Barrios y compartían regalos, obsequios de los mismos trabajadores y de sus amigos. Participaban de la fiesta familiares, voluntarios y “los escolares”, como algunos residentes llaman a los estudiantes en práctica.

Este 2020 el equipo se propuso seguir la tradición, con cambios atingentes a la crisis sanitaria. Este año también fue un viernes, el 18 de diciembre. “Pero todo tuvo que ser mucho más acotado, no se pudo invitar a las familias, tampoco reunir a los tres pabellones. Se hizo una fiesta para cada grupo, siempre con la idea de que pasaran un rato agradable, que se olvidaran de lo que pasa afuera. Ha sido un año muy duro para ellos. Había un grupo que salía harto, iba a comprar a la feria, a la plaza a leer el diario o a contarse chistes; a la vez hay menos estudiantes en práctica, este año, estamos terminando con sólo uno de kinesiología”, cuenta Francisca Vergara, jefa del CAR San Luis Gonzaga.

Debido a la crisis sanitaria, en la residencia hay personal nuevo, que son aquellos trabajadores que están supliendo a los que están con permiso de salud por ser población de riesgo. Pero a pesar de todos los cambios, de dejar ver a “las tías” que veían siempre, “ha sido un muy lindo encuentro, porque se han sumado a todas las actividades y al espíritu San Luis, han entregado el mismo cariño que los compañeros que llevaban cinco o más años”, cuenta Francisca. Tal como en los otros años, en esta ocasión cada grupo también pudo disfrutar de música, baile y comida rica, pero siempre cuidando bien lo que ingieren. “Este año, a pesar de contar con menos manos, salió muy bonito. Cansador, pero bonito”, relata Francisca.

Para la Nochebuena, a los 49 acogidos del San Luis Gonzaga les esperan otras ricas sorpresas para celebrar. “Agradezco a los trabajadores que estarán de turno esa noche. Esta es una fecha en que a todos nos gustaría estar en casa, más este 2021 que ha sido tan duro, pero ellos no tienen ningún problema en trabajar el 24 en la noche y el mismo 25”, dice Francisca, trabajadora social de profesión.

LOS AYUDANTES DE SANTA

A más de 400 kilómetros de Santiago, el Programa Socioeducativo de fundación Súmate, ubicado en la población Las Compañías de La Serena, también celebró la Navidad. El equipo salió a recorrer las calles del barrio durante el 22 y 23 de diciembre para repartir regalos a sus estudiantes, niños, niñas y jóvenes en riesgo social que reciben apoyo educativo por parte del grupo de profesionales liderado por Kevin Castillo.

Los obsequios provienen de una familia voluntaria de Antofagasta, que donó 30 regalos y otro tanto es gracias a un voluntariado grupal de la Caja de Compensación Los Héroes. En total se reunieron 50 donativos, “son personalizados, porque nosotros les entregamos la lista de jóvenes con sus respectivas edades y ellos eligieron qué regalarle a cada uno. Sin el aporte de ellos, esto no hubiese sido posible. Gracias a la caridad, solidaridad y compromiso de los voluntarios podemos entregarle una sonrisa a los niños y jóvenes que acompañamos en su trayectoria educativa y de vida”, sostuvo Kevin, quien junto a su equipo ayudaron al Viejito Pascuero a entregar los regalos.

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