May
2019
Sumemos a 400 mil nuevos trabajadores
En vísperas del Día del Trabajo, impresiona la precariedad laboral, que vemos encarnada en las decenas de repartidores sobre dos ruedas que pululan por la ciudad. Esa móvil y bullente actividad impacta, porque su motorizado dinamismo “contrasta” con la inactividad de más de 400 mil personas excluidas del mercado laboral, incluso del trabajo calificado como no decente.
Por Ricardo Délano, director ejecutivo de Fundación Emplea
La Organización Internacional del Trabajo define “trabajo decente” como un empleo productivo que genera un ingreso justo, con protección e integración social, perspectivas de desarrollo, libertad para organizarse e igualdad de oportunidades y trato para todos, mujeres y hombres. El empleo productivo y decente es clave para alcanzar una globalización justa y reducir la pobreza, pero antes de eso, es fundamental conseguir activar a los marginados del mercado; en ellos se está desperdiciando muchísimo talento y la oportunidad de generar una gran transformación.
Si las más de 400 mil personas en situación de pobreza que están fuera del mercado del trabajo se integraran, el PIB del país se elevaría en varios puntos. Esas personas -compatriotas y migrantes, hombres y mujeres, jóvenes y adultos mayores- no logran emplearse por cuestiones tan concretas como carecer de redes, un oficio, dientes, visa de trabajo; por no saber escribir un CV, hablar con aplomo o plantarse con seguridad en una entrevista laboral; tener consumo de alcohol y otras drogas o alguna discapacidad.
¿Qué estamos haciendo para atender y resolver la situación de estas personas?
En Fundación Emplea, del Hogar de Cristo, hemos desarrollado un modelo de intermediación laboral para los más excluidos. Hablamos de un “Outplacement Social”, que ayuda a los que nunca han tenido experiencia laboral, para entrar al mercado más preparados, con apoyo y acompañamiento, incluso más allá de lo laboral.
En paralelo, el ministerio del Trabajo está intentando dar un giro a sus acciones en esta área a través del Proyecto de Ley para el Sence. Y estamos expectantes de ver qué ocurrirá en el Congreso para abordar el gran desafío de la inserción laboral. Acá no sirve el “plan común” ni una malla de cursos de capacitación sin foco ni sentido. Es vital desarrollar capacidades para que cada persona sea protagonista de su activación laboral. Eso es lo que hacemos en nuestro C-Lab Emplea de Estación Central (Centro de Activación Laboral), y lo que esperamos potenciar este 2019 con dos nuevos C-Lab en Concepción y Valparaíso. En este modelo está la ruta de activación e inclusión que requieren los que viven bajo la línea de la pobreza.