Jul
2020
Paulo Egenau: “El Hogar de Cristo tiene que cambiar”
El director nacional de la fundación explica que en la organización se tiene que ajustar a las nuevas necesidades y que, pese a que la alimentación no era un tema prioritario, hoy sí lo es. En cuanto a la disminución de contagios, dice que aquella «buena noticia» aún no permea en las poblaciones del país.
Paulo Egenau, director social nacional del Hogar de Cristo, dice que la disminución de casos de Covid-19, no ha permeado en la organización. «Y creo que no hemos llegado al peak. Todavía lamentablemente tendremos malas noticias algunas semanas por delante», señala el psicólogo de la Universidad Católica, quien lleva 33 años trabajando en la entidad: primero en Fundación Paréntesis y desde el 2017, en su cargo actual.
Por estos días la institución elaboró un documento en relación al Covid-19 y pobreza, que aborda las temáticas en cuanto a la pandemia y cómo va a afectar a la salud, educación, mujeres, migración y a los grupos vulnerables. El Hogar de Cristo lleva más de 75 años trabajando con las comunidades de sectores de mayor pobreza en Chile y, según plantea Egenau, también es una institución que tiene como responsabilidad reflexionar acerca de la realidad en la cual interviene. Por ello, la organización planifica cada 5 años su estrategia a nivel macro, sin embargo, todos los años hacen pequeños ajustes en su estrategia social.
“La pregunta que nos hacemos es ¿Qué Hogar de Cristo queremos ser y para qué Chile? ¿Dónde somos necesarios? ¿Por qué somos necesarios? ¿Cuáles son los sectores o poblaciones en mayor abandono, mayor soledad, mayor ausencia de políticas públicas? Ahí es donde tenemos que estar”, dice.
Según cuenta, este documento tiene básicamente dos objetivos: «El primero es hacer esta reflexión hacia adentro, y mirar desde la evidencia, desde la epidemiología, desde los datos sociales, tanto nacionales como internacionales, qué está pasando con nuestro foco para orientar nuestra estrategia social y también hacer incidencia en políticas públicas, interactuar con los gobiernos, estados, actores relevantes de la sociedad que van tomando decisiones de qué es lo más importante. También llamar la atención en esos temas que nosotros consideramos que están siendo invisibilizados, postergados, negligentemente por gobiernos».
-¿Hay algún dato de este informe que los haya sorprendido?
-La verdad es que no, nuestra primera preocupación tuvo que ver con salud y trabajo. Si miras algunos de estos datos, te encuentras con que el covid se ha destacado por afectar a personas especialmente vulnerables. Los adultos mayores son el grupo de riesgo fundamental y los adultos mayores pobres y excluidos, los de más riesgo. Eso ya lo sabíamos, porque empezamos a ver este tipo de golpe en las poblaciones con características similares en Italia y España. Sabíamos que el nivel socioeconómico actúa como un factor influyente en la desigual distribución de la salud. Tenemos claro que hay un sesgo socioeconómico importante que conlleva nacer y crecer en pobreza; por tener una alimentación inadecuada, una mayor dificultad de acceder a prestaciones de salud, y por vivir en entornos con contaminación medioambiental y hacinamiento. Aquí va a haber una desigual distribución de la enfermedad y una desigual distribución de la muerte, dependiendo del nivel socioeconómico de las personas que se vean afectadas y eso es algo que lo teníamos claro.
–En el texto plantean que las políticas públicas son insuficientes para amortiguar el choque económico que va a afectar a los hogares. Señalan que no son estables y que no aseguran un ingreso por encima de la línea de la pobreza.
-Efectivamente logramos incorporar la mirada de la pobreza con sus variables multidimensionales y ha cobrado una relevancia extraordinaria tras el estallido social y la pandemia. Cuando empezamos a ver más allá del ingreso per cápita o el ingreso por grupo familiar y comenzamos a ver la condición de la vivienda y del entorno, el acceso a la salud, las trayectorias educativas, nos dimos cuenta de que Chile tenía un nivel de malestar, insatisfacción, de dolor, de frustración, de sensación de desigualdad, que se hizo dolorosamente evidente en el estallido y que hoy día se representa con mucho dolor. Lo decimos en el informe: se ven brutalmente golpeadas las familias por la pandemia y sus consecuencias en cuanto a crisis sanitaria, pero también por la crisis económica y laboral. Estamos angustiados por gente que es extremadamente vulnerable. Hoy aparecen estas cifras y miradas con mucha fuerza. Volvemos a insistir: un país que tiene menos pobreza y vulnerabilidad es evidentemente un país más resiliente y está mejor preparado para poder hacer frente a las dificultades que se generan en el entorno.
-Más allá del documento, ¿cómo es el canal entre ustedes y las autoridades, va a existir una instancia de conversación para discutir estos puntos?
-El Hogar de Cristo define su actuar en colaboración. Nosotros entendemos que la superación de la pobreza, los problemas asociados como la exclusión social, necesariamente pasan por un acción colectiva, integrada, de corresponsabilidad de todos los actores relevantes en la sociedad. Los medios de comunicación son responsables, así como lo es el mundo académico, el mundo privado, como lo es el gobierno, el Estado y la sociedad civil. En el Hogar de Cristo nosotros entendemos nuestro actuar desde un discernimiento ético de que somos corresponsables, por lo tanto desde esa postura, la disposición está en generar alianzas de colaboración. Y eso independiente del gobierno de turno, independiente del color político. Nuestra postura siempre ha sido la de generar alianzas sin perder la autonomía y tener la libertad necesaria como para poder entrar en el debate de las políticas públicas que tienen que ver con los temas sobre los cuales actuamos.
-Otro tema muy importante es la alimentación. ¿Qué le ha parecido el sistema de entrega de cajas del gobierno?
-El estar en un contexto de pérdida de trabajo, cuarentena obligatoria, con la amenaza de la salud respecto del virus y no tener la autonomía mínima necesaria para adquirir los alimentos básicos para mantener la vida, es una experiencia brutal y tiene consecuencias traumáticas. Esto lo planteo como psicólogo: aquí vamos a tener una cantidad muy importante de problemas de salud mental asociados a la pandemia. Cualquier iniciativa que vaya de manera rápida, efectiva e inmediata a satisfacer la coyuntura es bienvenida. Sin embargo, pretender que esa respuesta va a ayudar durante un periodo prolongado, que se va a hacer de manera oportuna es utópico. Nuestro planteamiento fue que los recursos debieran ser a través de la asignación directa. Hay que buscar una manera de transferencia directa que promueva la autonomía, que dé la seguridad de que esos recursos van a llegar a la fecha para que exista planificación. Eso no solo te resuelve un problema práctico sino que resuelve el problema de salud mental, de estabilidad que es fundamental en la vida de las personas.
-Ya van más de 100 días en cuarentena en algunas comunas ¿Cuál va a ser el mayor desafío para el hogar de Cristo? ¿Cuáles van a ser las principales demandas que va a tener que asumir la institución una vez que pase la emergencia sanitaria?
-Estamos en esa reflexión. Parte de estos documentos están inspirados para responder esa pregunta. La verdad es que todavía el escenario está cargado de incertidumbre. Sabemos con relativa claridad qué es lo que distintos países y gobiernos están haciendo en términos de política pública, dónde están poniendo sus focos, pero no tenemos idea cuáles van a ser los efectos de esas políticas. Lo que sí tenemos claro es que el Hogar de Cristo va a cambiar, tiene que cambiar, porque en esta consulta que yo les planteaba antes sobre qué Hogar de Cristo y para qué Chile… Nosotros tenemos un dicho conocido que nos hace sentido: «Nada sobre nosotros sin nosotros». Y por eso es que la participación de las comunidades son las prioridad. Lo más probable es que tengamos que retomar la mirada que el hogar hacía en la década del 80, cuando Chile tenía un 40% de pobreza y trabajábamos en el mundo de las ollas comunes.
-¿Cómo va a ser ese Hogar de Cristo?
-Trataremos problemas del pasado. No teníamos en nuestro radar de preocupaciones fundamentales la alimentación, por lo tanto yo te diría que la satisfacción de necesidades básicas y el tema de la autonomía en el empleo, lograr la pronta empleabilidad de las personas, evidentemente tendrían que ser prioridad para cualquier organización que se plantea frente a los temas de pobreza de manera seria. -Bajó el número de contagios de Covid-19 en el país. ¿Ha permeado aquello en las calles? -No. Y creo que no hemos llegado al peak. Tenemos varios programas con niveles de contagio importantes, compañeros de trabajo han fallecido, el último falleció la semana pasada. Hemos rigurosamente incorporado todos los protocolos que han surgido desde la Organización Mundial de la Salud, el Ministerio de Salud y los protocolos propios que hemos generado han sido muchísimos. Así y todo hemos tenido dolores y dificultades. Yo creo que todavía lamentablemente tenemos malas noticias algunas semanas por delante.