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Entrevista

Mar

2018

Coordinadora del Programa Sociolaboral de Alto Hospicio: “Hemos logrado cambiar vidas”

El Programa de Orientación Sociolaboral (OSL) de Fundación Emplea, causa del Hogar de Cristo, ubicado en la ciudad de Alto Hospicio, es uno de los más pequeños de la institución. El equipo compuesto por dos profesionales acoge a 20 personas, hombres y mujeres mayores de edad, que se encuentran en tratamiento por consumo problemático de alcohol y otras drogas, que participan en la red de SENDA y que desean reinsertarse en la vida laboral. Su trabajo consiste en orientar, guiar y acompañarlos para una óptima integración al campo laboral.

Durante este verano, el programa capacitó a seis personas en el ámbito de trabajos independientes. Tres de ellos fueron adultos mayores, a los que les es más difícil encontrar un puesto dependiente. “Lo que hicimos fue presentarles las distintas redes y todo el accionar que tienen que realizar, con nuestro apoyo, para mejorar su empleabilidad. El taller en el que hicimos dinámicas, las personas se presentaron y quedaron la tanto de toda la red a la que podían recurrir para potenciar sus emprendimientos”, cuenta Johanna Carrasco, Coordinadora y Preparadora Laboral del Programa OSL.

-¿Con qué tipo de proyectos de emprendimiento llegan los alumnos a los talleres?

-Casi todos son de comercio  informal. Por ejemplo, hay un caballero que vende agua, bebidas: otro, helados. Una señora hace dulces, pizzas. No conocen la oferta pública que entrega el Estado, entonces nosotros socioeducamos, porque más que llevarlos de la mano para que postulen, les mostramos lo que existe. Nosotros informamos y acompañamos, porque potenciamos la autonomía. En la mayoría de los casos somos los interlocutores y acompañamos el proceso de postulación, que no se les pasen los plazos o que reúnan los requisitos.

 

-En general, en Alto Hospicio, ¿a qué se dedican más?

Las mujeres cuando llegan al programa, la primera respuesta que se dan para solucionar sus problemas económicos, es el trabajo independiente. Pero cuando comienzan a desarrollar sus talentos, cuando se redescubren y empiezan a tener una perspectiva de género, se dan cuenta que pueden correr el riesgo y trabajar en la línea dependiente. Las mujeres que han querido capacitarse y entrar a un trabajo remunerado, les ha ido bien y se han mantenido.

-¿A qué tipo de trabajos ingresan?

-Al área de servicios, manipulación de alimentos, retail y aseo. Y eso se debe a su nivel de trayectoria laboral y nivel educacional.

-¿Cuál es la vía de ingreso a este y otros talleres?

-Nosotros en Iquique trabajamos con el Programa de Orientación Sociolaboral de SENDA y la única figura de acceso a nuestro programa es a través de la referencia de los distintos centros de tratamiento, quienes nos refieren los casos y están entre cuatro y cinco meses en el programa. El año pasado hicimos varios talleres, pero no en la línea independiente. Creemos que era importante hacerlo en esta fecha, a pesar de que hay una baja en los centros de tratamiento, están en modo verano, pero los plazos de postulación son a fines de febrero o hasta mediados de marzo. Trabajamos con sesiones individuales, nos juntamos semana a semana o en algunos casos, quincenalmente. Hicimos uno en febrero, en marzo lo vamos a replicar en Iquique. Luego vamos a hacer otro en tema de género, entonces así le vamos dando otro sentido a la intervención y no sólo a independientes.

-¿Cómo han recibido los estudiantes estos talleres?

-Súper bien. Primero porque conocen a otras personas, que están en su misma condición y ven que no es algo grave y hay tantas ideas. Se potencian, dicen “Yo postulé a esto o estoy haciendo esto otro; y si me va mal, puedo hacer otra cosa”. Esa es la idea y lo que transmitimos en este taller. Muchas personas postulaban a un sólo fondo, el Fosis, por ejemplo, y si no quedaban se les venía el mundo encima. Pero nosotros les mostramos que existen otros como el Fondo Esperanza, Sercotec, los Programas de la Mujer, entonces comienzan a manejar mayor información.

-¿Hay machismo en la región?

-Mucho. Son mujeres las que viven en Alto Hospicio y los niveles de empleabilidad mayor son en Iquique. En las áreas de servicios los horarios son complejos, no son los de oficina. Entonces entra otra dinámica que tiene que ver con cómo compite con el tema de la movilización, de la exclusión territorial, que también existe. El Programa tiene poca cobertura, pero ha tenido un impacto muy significativo porque ha logrado cambiar historias de vida y ha logrado apuntalar a estas mujeres desde lo motivacional, apoyarlas con la movilización, asesorarlas y acompañarlas para que vayan a una entrevista de trabajo, en donde nos quedamos afuera. Esto no es asistencial, es un apoyo que les permite potenciar sus fortalezas.