En un periodo en el que se registra el mayor desempleo en la última década, producto del Covid-19, una joven familia de la comuna de Lo Espejo describe el complicado escenario que enfrentan: ambos están cesantes y tienen dos niños.

Por María Luisa Galán

Los dos hijos de Jazmín Zárate han estado en el jardín infantil Sol Naciente del Hogar de Cristo ubicado en la comuna de Lo Espejo. Su primogénito ya tiene 8 años y ahora está la pequeña, de dos años, en medio menor. Es de las apoderadas antiguas y eso que sólo tiene 26 años.

Ahora no lo están pasando bien. Ella perdió su trabajo en febrero de este año, era auxiliar de aseo en un colegio; estaba empleada a través de una empresa externa que canceló el servicio.  Mientras, su pareja desde hace cinco años, de 27 años, también fue desvinculado hace unas semanas producto de la pandemia. Trabajaba como obrero en una construcción.

Según publicó el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el trimestre enero-marzo registró una desocupación a nivel nacional de un 8,2%, que es un punto mayor de la del año anterior en el mismo periodo. Y es, también, la mayor cifra en la última década. En Santiago, la desocupación en lapso enero-marzo se alzó a los 8,7%.

El escenario está complejo para estos jóvenes padres de familia, que viven con estrés y preocupación la cuarentena y el Covid-19. “Él dice que hay para rato, está estresado, está empezando a vender sus cosas, sus herramientas. Se ve desesperado. Hay vecinos que compran. No pagan lo que valen, pero las compran”, cuenta al teléfono Jazmín, quien agrega que sólo reciben la caja Junaeb a través del jardín infantil.

Los papás de Jazmín están separados. Su mamá vive en San Bernardo y su papá en la población Las Turbinas, en Lo Espejo. Su papá está cesante, vive en la casa que le presta su ex esposa. Va día por medio a casa de Yazmín, quien le da comida y té. “Él trabajaba en las plazas que están en la orilla de la carretera, en las construcciones, en lo que viniera”, relata Jazmín sobre su progenitor que tiene 62 años y que no tiene fémur, cojea.

Su mamá está pensionada pero sigue trabajando como auxiliar de aseo en el hospital Barros Luco. “Tiene muchas enfermedades, diabetes, hipertensión. Está justamente en la sección de infecciosos, donde llegan todos los contagiados por el Covid-19”, cuenta y asegura que su madre se está cuidando “hasta por si acaso”, pero no tiene más opción que seguir arriesgándose porque “es lo que hay”.

Actualmente, Jazmín, su pareja y sus dos hijos están confinados en su casa en el sector de Juan Francisco González, en Los Espejo. Si tienen que salir a trabajar, lo harán, con todos los resguardos sí. No tienen otra opción.

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