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Covid-19

Ago

2020

“Isabel Desterrada en Isabel” emociona a usuarios de Hospedería

Para dar inicio al taller de teatro, la reconocida actriz de Linares, Patricia Cártes, interpretó frente a 15 hombres en situación de calle, este monólogo que relata la vida de una mujer en situación de abandono y exclusión social. Su actuación y el contenido del texto les sacó lágrimas incluso a los más duros.

Por Daniela Calderón P.
“Dicen que una se puede llegar a volver loca de pura soledad, y a eso le tengo miedo yo. A no tener con quién hablar, pero yo digo ¿cómo me voy a volver loca de soledad cuando hay tanta gente por todos lados?’”.

Con esta frase, perteneciente al monólogo “Isabel desterrada en Isabel”, que relata la solitaria vida de una mujer en situación calle, Patricia Cártes emocionó a los 15 hombres acogidos que viven sus días en la Hospedería de Linares.
La profesora de teatro, voluntaria de Hogar de Cristo desde hace más de 10 años, llegó hasta la Hospedería de Linares para presentar este monólogo e impartir un taller de teatro que ha cautivado a sus novatos alumnos. Todos, hombres en situación de calle que llevan más de 4 meses en confinamiento voluntario, producto de la pandemia por el coronavirus.

“Decidí mostrar este monólogo como una forma de enseñarles qué es el teatro y qué íbamos a aprender en el taller. Todo fue puro amor. Pese a que mi personaje es una mujer sucia, me sentí bella. Siempre trato de buscar a mis pares dentro de la obra, de esta forma se valida el personaje y cuando terminé el monólogo uno de los chicos me dijo que cuando al personaje lo acusaban de estar robando en el supermercado, a él le había pasado lo mismo. Eso fue emocionante”, relata Patricia. “Desde ese día, estoy enamorada. Voy a cumplir 70 años y me acabo de enamorar de estos chiquillos. Siento que hablamos el mismo idioma. El teatro crea un vínculo muy grande hacia las emociones y el corazón de los que nada tienen”, agrega.

Vínculo que muchos de los espectadores del monólogo lograron sentir. Así lo confirma, Luis Hogas (51), uno de los usuarios de la Hospedería que vivió parte de su vida en situación de calle. “Fue una experiencia bonita, porque yo también viví en la calle. Casi me pongo a llorar porque lo que dijo la tía fue muy emocionante”.
Víctor Barrera (47) agrega. “Estuvo bonito pero también triste porque yo viví la realidad de la calle. Nos miran como delincuentes, se corren del lado de uno, eso era lo que vivíamos cuando estábamos en la calle, antes que empezara la pandemia”.

La obra interpretada por Patricia, fue escrita en 1982 por el dramaturgo chileno Juan Radrigán y, cuenta, a través de la voz de una mujer, todas las contradicciones e injusticias que viven estas personas.

Ricardo Núñez (64), otro integrante del taller y de la Hospedería de Linares tampoco pudo evitar recordar su pasado al escuchar el monólogo. “Yo estuve 4 años en la calle y en el monólogo el personaje decía que tenía visiones y eso yo lo viví. A veces pasaba 4 días sin comer y llegaban momentos en que me imaginaba que venía gente a darme un plato de comida y terminaba hablando solo. Abría la boca y no había nadie. Ese día, la actriz me hizo recordar mi pasado, por eso reventé en llano”, contó, emocionado.

Al igual que Segundo Sepúlveda (41) quien dice: “La encontré interesante y fuerte, porque he vivido situaciones en las que me han mirado en menos o me han quitado el saludo porque piensan que uno les va a pedir una moneda; me vi muy reflejado en el monólogo. Por eso, quiero seguir con los talleres de teatro, es una experiencia nueva e interesante que nos va ayudar a sacar personalidad”.

Para Patricia, el objetivo del monólogo y del taller de teatro que comenzó en la Hospedería de Linares es ayudar a estos hombres, cargados de recuerdos y vivencias a reencontrarse con sus historias, exponerlas frente a otros y sanar las heridas. “Con el teatro liberamos nuestras emociones. Lo que nos encierra realmente no es no poder salir, sino que no poder expresarnos. En el Hogar de Cristo, ellos confiesan tener todo, están gorditos, los tratan bien, pero necesitan sacar todo el mundo que tienen dentro. Con este taller buscamos que ellos logren volcar sus emociones, jugar con ellas y mirarlas desde afuera, ponerlas en la mesa a través del teatro y los personajes. No estamos haciendo teatro para formar actores, sino creando un espacio para divertirnos y liberarnos”.

 

 

 

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