Mar
2020
Geriatra Valenzuela y Coronavirus: “Los municipios deberían copiar el modelo PADAM del Hogar”
El médico y académico de la Universidad Católica, vinculado al Hogar de Cristo desde que estudiaba medicina, no tiene dudas en recomendar uno de los programas más exitosos de nuestra institución para enfrentar la dramática pandemia del coronavirus que tiene en vilo a nuestro país: el Programa de Atención Domiciliaria para el Adulto Mayor, más conocido como PADAM.
Por María Teresa Villafrade
El Presidente Sebastián Piñera decretó este miércoles 18 de marzo el estado de catástrofe por 90 días en todo el territorio nacional debido al coronavirus, que “se ha transformado en la mayor amenaza y desafío a la salud pública a nivel mundial del último siglo, con casi 180 mil casos de contagios comprobados y más de 7.400 muertos, a nivel mundial”, señaló.
En estos críticos momentos en que la pandemia llegó a Chile, se ha insistido en señalar que los adultos mayores son el grupo de mayor vulnerabilidad, pensamos en aquellos que además son pobres, viven solos y en extrema fragilidad. Eduardo Valenzuela, médico del programa de Geriatría y Gerontología de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica, nos cuenta que se reunió recién con la Jefa Técnica Nacional Adulto Mayor del Hogar de Cristo, Doris García, con quien trabaja estrechamente como habitual colaborador de la fundación, para coordinar y tomar medidas apropiadas a la contingencia.
“En esta institución se atiende permanentemente a personas frágiles y vulnerables y lógicamente que en casos como la actual situación sanitaria que todos conocemos debemos extremar todas las medidas de cuidado que habitualmente están e incorporar aquellas que se están emitiendo desde el Ministerio de Salud, del Senama y las que el propio Hogar de Cristo genera para poder cuidar mejor a los adultos mayores. Sabemos que este grupo es uno de los más vulnerables porque tiene la mayor mortalidad ante la infección, sobre todo los mayores de 80 años con muchas enfermedades asociadas”.
-¿Las personas que están acogidas en los distintos programas de la fundación para el adulto mayor corren más riesgo?
-Concentramos a personas muy frágiles y muy vulnerables que obviamente tienen riesgos altos frente a una condición sanitaria como ésta, pero creo que los equipos de profesionales y las coordinaciones que se realizan en el Hogar de Cristo están respondiendo muy bien frente al desafío que se presenta, pues se están incorporando todas las directrices que se están emitiendo desde las autoridades correspondientes.
A su juicio, la institución fundada por Alberto Hurtado hace 75 años, focaliza a las personas mayores que constituyen los exponentes en su máxima expresión de lo que se conoce como fragilidad.
“Es un concepto multidimensional con una serie de condiciones que ubican a la persona en un riesgo global, no sólo me refiero a un riesgo biomédico, también a un riesgo funcional, mental, porque además ya está implícito solo por el hecho de estar en el Hogar de Cristo su vulnerabilidad o fragilidad social. Hogar de Cristo admite solamente personas mayores que en verdad califiquen para los distintos programas. Desde ese punto de vista ya hay un primer filtro establecido desde siempre y, por lo tanto, las personas mayores que ingresan son vulnerables, son frágiles y requieren un cuidado especializado. En este caso, el cuidado está dado por equipos interdisciplinarios con profesionales de distintos ámbitos. Esa es la forma correcta de operar”, agrega el especialista.
ADULTOS MAYORES EN RIESGO SIEMPRE
El doctor Valenzuela se declara “relativamente optimista” y señala que “en el Hogar estamos bien armados”. Pero no ocurre lo mismo con la población adulta mayor vulnerable que no está en la institución. En 2019, Hogar de Cristo atendió a 4.112 adultos mayores a través de 67 programas diferentes. La brecha de cobertura es muy amplia si pensamos en el creciente universo de adultos mayores que viven en situación de pobreza y dependencia.
“En relación al resto de la población se han visto situaciones que son difíciles de controlar. Este brote epidémico apareció en el curso de días y va aumentando, por lo que hay poco espacio de tiempo. Las personas están muy asustadas y con razón, hay mucha información dando vuelta que no es del todo exacta, entonces se producen aglomeraciones como la del lunes pasado, con cientos de adultos mayores que fueron el mismo día a vacunarse contra la influenza. Afortunadamente se reacciona rápido y ya se organizaron horarios diferidos para atender a las embarazadas y a los adultos mayores”, dice.
Para él, haya o no una pandemia como el coronavirus, los adultos mayores son una población de riesgo siempre, en especial los que tienen pluripatología, es decir, muchas enfermedades. “Por algo hay un calendario de vacunación anual para el virus influenza, año a año las personas mayores deben vacunarse porque son uno de los grupos de riesgo definidos y años atrás se incorporó la vacunación antineumocócica, por la misma razón. Ante este coronavirus o cualquier otro, siempre van a estar expuestos a más complicaciones y a más mortalidad”, advierte.
-¿Está conforme con lo que ha implementado la autoridad sanitaria hasta ahora?
-Nuestro país tiene experiencia en catástrofes, si revisamos nuestra historia hemos estado sometidos muchas veces a emergencias sanitarias y sociales. Por distintas situaciones epidemiológicas, como virus e infecciones, o por situación geográfica, porque somos uno de los países más sísmicos del planeta.
Yo creo que hemos ido respondiendo bien, tal vez algunas medidas han resultado un poco tímidas, debieron ser más radicales, pero ahora claramente se está haciendo todo lo necesario para ponerle freno a esto y mi impresión sobre todo recordando lo del cólera: cuando la población se alineó con toda la información que dio la autoridad sanitaria, el cólera en Chile prácticamente causó un impacto mínimo comparado con otros países. Cuando nos ponemos las pilas somos capaces de enfrentar situaciones muy adversas y ponernos de pie. Yo tengo mucha confianza, veo que eso es lo que está pasando. En términos de organización y tomas de decisiones se están haciendo las cosas correctamente.
-¿Qué medida falta aún por implementar?
-Mi recomendación sería que se copiara el modelo que el Hogar de Cristo ha utilizado por décadas para identificar y vincular a los adultos mayores con las redes locales, léase PADAM. Esto es el Programa de Atención Domiciliara Adulto Mayor, una de las iniciativas más exitosas que ha tenido la fundación en las últimas décadas. Justamente por esa capacidad de identificar a las personas más frágiles y vincularlas con las redes sociales de asistencia sanitaria y protegerlas. Muchos de ellos habrían muerto solos en sus casas si no existiera este programa.
-¿De qué manera lo haría usted?
–Yo creo que para este modelo de atención a las personas mayores vulnerables tienen un rol muy importante los gobiernos locales, es decir, los municipios. Ellos pueden generar recursos locales y estrategias de organización que pueden partir desde las unidades vecinales, identificando quiénes son esas personas más vulnerables que ante la situación que estamos enfrentando se pueden ver más complicadas aún. Desde los municipios hay una gran alternativa más que a nivel superestructural, que es más lento. A través de los municipios con el apoyo de las unidades vecinales y organizaciones sociales podemos llegar muy a tiempo para dar respuesta a las necesidades que enfrentan las personas más pobres y frágiles en los meses que vienen. Los PADAM son una tremenda riqueza que hay que explotarla a fondo.
*El Programa de Atención Domiciliaria para el Adulto Mayor es único en su tipo pues vela por la cobertura tanto social como sanitaria de los adultos mayores más vulnerables, identificando primero a los que tienen precariedad socioeconómica y están desvinculados de sus redes familiares e institucionales. Un equipo especializado los visibiliza e inicia una intervención para revincularlos con sus familias y con los sistemas públicos institucionales de acuerdo a sus necesidades. Por el tiempo que dure la emergencia del coronavirus, se ha planificado un monitoreo telefónico en lugar de las habituales visitas domiciliarias, las que solo se realizarán en casos estrictamente urgentes. Además, se coordinará la entrega de alimentos con otra fórmula alternativa de manera de no cortar con esta importante ayuda.