Ago
2020
Emprendimiento chileno dona miles de mascarillas al Hogar de Cristo
A raíz de la pandemia y a la falta de tapabocas a nivel mundial, nace la empresa DeysaCare, con el objetivo de proveer de este producto al mercado chileno. Son de triple pliegue y más económicas, y para su inauguración realizaron un importante aporte a la fundación que en estos meses ha incurrido en importantes gastos extras para proteger a sus trabajadores y acogidos.
Por María Luisa Galán
Las mascarillas fueron uno de los primeros productos de higiene que se agotaron en el inicio de la pandemia, antes incluso de que llegara el primer contagio a Chile. Las grandes marcas se vieron sobrepasadas ante la demanda de sus países de origen, teniendo que recurrir a importaciones chinas de menor calidad. Es en este escenario que surge el emprendimiento nacional DeysaCare con el objetivo de dar una solución a la necesidad de este elemento esencial en el cuidado de la salud.
Realizaron los estudios y adquirieron dos líneas de fabricación de mascarillas sanitarias de triple pliego, logrando una producción al mes de 8 millones de unidades. Tienen una capacidad de filtración promedio de 0,6 micras y cuentan con la certificación del Laboratorio Dictuc de la Universidad Católica, la que validó la eficiencia de sus tres capas. “Es muy distinto utilizar una mascarilla textil o de tela no tejida regular a una mascarilla sanitaria de tres capas con capa intermedia meltblown. Está demostrado que el virus se transmite por gotitas muy pequeñas que traspasan las mascarillas que no tienen alta capacidad de filtración”, señaló Juan Ricardo Olivares, gerente general de DeysaCare.
Para la inauguración de la planta, en junio, la empresa realizó la importante donación de 50 mil mascarillas al Hogar de Cristo. Un compromiso comunitario que el capellán del Hogar de Cristo, José Yuraszeck, valoró así: “Estamos muy agradecidos por este significativo aporte. Lo que ustedes están haciendo al fabricar estas miles de mascarillas diarias equivale a contener millones de contagios y salvar vidas. Los llamo a hacer esa conexión y no olvidar que estamos hablando de proteger la vida de personas con nombre y apellido, con un rostro, con familias, con hijos”, dijo, a la vez que destacó lo positivo que es tener a disposición un insumo de protección hecho en Chile y a un valor más económico para el cuidado de la población.
La donación es un relevante aporte para la fundación que desde el inicio de la pandemia en el país ha incurrido en gastos extras para proteger a los 1.500 trabajadores y trabajadoras de trato directo que atienden a casi 4.500 personas en alto riesgo en los programas residenciales del Hogar de Cristo que están en cuarentena, y así cuenten con los insumos de seguridad sanitaria requeridos para que no se conviertan ellos mismos en vectores de contagio de los acogidos.