Una silla de ruedas eléctrica puede cambiar la vida y la percepción de sí mismo de un adulto mayor que no puede movilizarse autónomamente. Si bien las Garantías Explícitas de Salud, permiten postular y obtener estos apoyos, la mayoría son mecánicos y más bien básicos. Aquí explicamos el real aporte de estas tecnología que aportan libertad y felicidad a sus usuarios a partir de un valioso regalo.

Por Sucky Luthan

37 sillas traumatológicas, 18 andadores –los llamados “burritos”– y 7 sillas eléctricas, donó recientemente la empresa AGM Móvil a los programas orientados a adultos mayores que Hogar de Cristo tiene en la Región Metropolitana. Usuarios de 19 dispositivos, entre los que se cuentan los Programa de Atención Domiciliaria (PADAM) de Renca y La Pintana, el Programa de Apoyo Familiar (PAFAM) de Conchalí y la residencia de San Bernardo, serán los beneficiados con este regalo, que representa un enorme salto en cuanto a calidad de vida para personas con serios problemas de movilidad.

María Isabel Robles, directora técnica nacional del área Apoyo, Cuidado y Desarrollo de la Autonomía del Hogar de Cristo, señala: “Muchas veces no nos damos cuenta del real significado que tienen las ayudas técnicas para las personas mayores. Pensamos que son aparatos o tecnologías que sólo les permiten moverse o no caerse, lo que real, pero si los llevamos a un sentido mucho más amplio e integral, las ayudas técnicas permiten mejorar la calidad de vida de las personas mayores. Hay actividades de la vida diaria que les sería muy difícil o imposible de realizar sin contar con una silla de ruedas, un bastón o incluso un dispositivo digital, que hoy también se han puesto a su servicio de las personas. Esto se traduce en buen trato y dignidad hacia cada uno de ellos al favorecer su independencia y mayor autonomía personal”.

La vulnerabilidad en personas mayores no sólo es resultado directo de la edad, sino que se explica por la acumulación durante su vida de factores biológicos, sociales y económicos. El deterioro en el funcionamiento y las capacidades no es siempre igual, pero sin duda las condiciones de deterioro se acentúan en aquellas más vulnerables. En Hogar de Cristo, en 2019, se atendió a 4.112  adultos mayores en 67 programas a nivel nacional. De ellos un gran porcentaje tiene deterioro físico alto y depende de ayudas técnicas para mantener su autonomía.

A medida que las personas envejecen, aumenta la dificultad física o de movilidad: un 9,2%  de entre 60-64 años, un 14,2% de 65-79 años y un 32,1% de los mayores de 80 tienen estos problemas y los porcentajes dan cuenta del incremento de los problemas a medida que se avanza en edad. A esto se suma que las personas mayores con bajo nivel de escolaridad presentan peor condición de salud respecto a las de nivel alto.

Desde 2006 y con la ayuda del AUGE, la calidad de vida de los adultos mayores mejoró considerablemente con la entrega de sillas de ruedas, bastones y otras ayudas técnicas para resolver sus problemas de discapacidad física. Sin embargo, el  AUGE contempla sólo sillas de ruedas, bastones, andadores, cojines y colchones anti escaras. Dispositivos más avanzados tecnológicamente que ayuden a la movilidad, como por ejemplo, una silla de ruedas eléctricas adaptada al paciente es una necesidad muy difícil de proveer  por el Estado, pero imperiosa en los establecimientos de larga estadía (ELEAM) como los que tiene Hogar de Cristo, donde un gran número de adultos mayores vulnerables no cuentan con dedicación exclusiva,  por lo que su movilidad se hace aún más compleja. En ellos, la silla de ruedas eléctrica se convierte en una necesidad.

En “Villa Giacaman”, residencia del Hogar de Cristo ubicada en Hualpén, Región del Biobío, de los  56 residentes, 52 necesitan silla de ruedas. Benito Montecino (33), jefe de la residencia, cuenta cómo es el acceso a este tipo de dispositivos:

-Nosotros postulamos a Senadis (Servicio Nacional de la Discapacidad) a través de una plataforma. Yo tengo una clave con la cual postulo a mis residentes. El tema es que no siempre se les da a todos. Tiene que ver con los fondos destinados para ello y también con la cantidad de usuarios que postulamos de la residencia. El año pasado fueron 18 usuarios, de los cuales sólo 9 salieron favorecidos. Me parece que debiera ser más fácil el acceso para los hogares de adultos mayores vulnerables y en abandono, porque la gran mayoría están postrados y tienen movilidad reducida lo que hace que requieran ayudas técnicas para mejorar su calidad de vida –opina Benito.

La tecnología de los dispositivos técnicos terapéuticos avanza constantemente y muchos de los modelos van presentado adelantos que representan avances significativos para mejorar la vida de los adultos mayores. Hoy, las sillas de ruedas eléctricas incorporadas en la lista AUGE o GES, que es la sigla actual para estas garantías de salud, son muy básicas y estándar. Las de ruedas eléctricas, en cambio, están diseñadas especialmente para que las personas con movilidad reducida que no puedan propulsarse por ellos mismos, puedan hacerlo. Pero también para lograr recorrer distancias largas sin que resulte cansador. Gracias a ellas, los usuarios pueden moverse con total autonomía sin depender de nadie, lo que les produce menos estrés físico y –más importante aún– los ayuda psicológicamente a sentirse más autovalentes.

Las ayudas técnicas son de alto valor económico, lo que hace que no puedan entregarse a todos y sea necesario postular. Los adultos mayores debieran ser considerados prioritarios en estas entregas. Una silla eléctrica vale desde 650 mil pesos, lo que para los adultos mayores pobres y olvidados resulta un sueño imposible, por eso agradecemos y valoramos tanto el aporte que nos ha hecho AGM Móvil.

Una silla de ruedas eléctrica puede cambiar la vida y la percepción de sí mismo de un adulto mayor que no puede movilizarse autónomamente. Si bien las Garantías Explícitas de Salud, permiten postular y obtener estos apoyos, la mayoría son mecánicos y más bien básicos. Aquí explicamos el real aporte de estas tecnología que aportan libertad y felicidad a sus usuarios a partir de un valioso regalo.

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