Hace unos días la empresa de Ingeniería Cruz y Dávila (CyD) cerró sus actividades de voluntariado corporativo 2017 ofreciendo a los trabajadores de trato directo del Hogar de Cristo, una tarde para compartir y de esparcimiento. En dependencias de la fundación del Padre Hurtado los agasajaron con una rica Cena y agradecieron el apoyo que hizo posible el éxito de sus actividades de voluntariado, además de reconocerles su trabajo y esfuerzo diario con los acogidos de la Fundación.

Lo realizado este año viene del gran resultado de sus actividades durante el año pasado 2016, donde se desarrollaron 10 proyectos, beneficiando a 8 programas del Hogar de Cristo e impactando a más de 380 personas. Participaron 91 voluntarios, de ellos 13 son sus familiares. En total se donaron más de 3 mil horas, siendo 2.147 las ofrecidas por la empresa. Entre las actividades realizadas se destaca el apoyo escolar a los hijos de las mujeres de la residencia Rebeca Ergas, el taller de cocina y la visita al Buin Zoo con los niños del jardín infantil Raíz de Sueños de Puente Alto, el mejoramiento de las áreas verdes del hogar Rosita Renard y el apoyo a la Ruta Calle organizada cada año por la fundación, entre otros.

Esta importante alianza comenzó en el año 1992 con la campaña 1+1 y a contar del 2012 con el 1+2, duplicando la empresa el aporte que realizan los trabajadores. Además, desde el año 2008 se embarcaron con el voluntariado corporativo, una modalidad que invita a los colaboradores a arremangarse la camisa y compartir directamente con los acogidos de la fundación. Desde el año 2016 el voluntariado corporativo se profesionalizó gracias al crecimiento que tuvo la firma de 400 a 800 trabajadores y al área de Voluntariado Corporativo del Hogar de Cristo.

“Es distinta la labor que puede realizarse cuando una empresa tiene 50 o 100 empleados; de ahí la misión ahora sea seguir encantando a más gente con esta labor, idealmente a los más jóvenes y crear vínculos permanentes. Así fue que hubo que reestructurar la acción, para lo cual trabajamos intensamente con la gerencia del mismo Hogar de Cristo”, dijo Gustavo Estay, Gerente de Infraestructura y encargado del voluntario corporativo de CyD.

Este 2017, Cruz y Dávila y sus trabajadores organizaron seis actividades para los acogidos del Hogar de Cristo, fueron parte de la Ruta Calle, organizaron un paseo histórico al Cementerio General con estudiantes del colegio Betania de fundación Súmate e instalaron pasamanos en el Programa de Atención Domiciliaria del Adulto Mayor de Puente Alto, entre otros. Este año participaron 92 voluntarios junto a sus familias, donando un total de 689 horas hombre.

En la actividad de cierre, Elizabeth Candia, voluntaria líder de las Rutas Calles quien participa junto a su mamá, reconoció también la labor realizada por los voluntarios este 2017. “Ustedes se involucraron, regalaron su tiempo, sacrificaron horas de sueño, se pusieron en el lugar de los acogidos. Para cambiar el mundo se necesitan pequeños aportes, cada granito que aportaron ustedes generaron grandes cosas”.

Enrique Cruz, socio director de la empresa, dice: “El voluntariado ha sido una escuela de valores, nos ha permitido entregarnos a los demás, conociendo otro mundo y respetando las diferencias. El voluntariado ha permitido que nuestros profesionales se conozcan mejor porque practicándolo se muestra el corazón de las personas y se aprende a aceptar a los demás con sus virtudes y defectos. El trabajo en equipo mejora sustancialmente porque surgen más ganas de colaborar cuando conozco a mis colegas de forma más profunda. La motivación y compromiso también mejoran mucho porque el secreto del voluntariado es que se recibe más de lo que se entrega, por esto las personas vuelven felices”.