“Gracias, gracias, yo nunca había tocado un piano”, dijo un emocionado adulto mayor que subió al escenario al finalizar Roberto Bravo su concierto gratuito de Navidad para abrazarlo y agradecerle. Con un lleno total de público en el que no faltó la notoria presencia de los inmigrantes de la comuna de Estación Central, la explanada del Santuario Alberto Hurtado se vio desbordada de alegría y emoción.

Por Comunicaciones Hogar de Cristo

Más que nunca “Ciudad somos Todos” se hizo realidad durante el concierto de Navidad que el maestro Roberto Bravo brindó a acogidos, trabajadores, voluntarios, socios y vecinos de Estación Central que asistieron felices a escucharlo de manera totalmente gratuita. Un privilegio que muchos, especialmente las numerosas personas en situación de calle presentes, no habían tenido antes en su vida.

Las palabras de bienvenida estuvieron a cargo del capellán del Hogar de Cristo, José Francisco Yuraszeck sj, el alcalde de Estación Central, Rodrigo Delgado, y el capellán del Santuario, Jorge Muñoz sj, quienes agradecieron la nutrida concurrencia.

“¡Bravo, Roberto Bravo!”, se escuchó a ratos durante la hora y media en que el gran pianista chileno se paseó “De Bach a Piazzolla”, demostrando una vez más su enorme talento. De los clásicos pasó a interpretar música de cine inolvidable como la de los compositores John Williams, Michel Legrand  y Ennio Morricone, famosos por las bandas sonoras de la saga de “La Guerra de las Galaxias”, “Superman”, “Jurassic Park”; “Los Tres Mosqueteros”, “Verano del 42”, “El Bueno, el Malo y el Feo” y “La Misión”.

Pero tampoco podía faltar un tributo al gran Lucho Gatica fallecido este año y sus maravillosos boleros además de interpretar temas de nuestros reconocidos Violeta Parra (“Gracias a la vida”) y Víctor Jara (“Plegaria de un labrador” y “El derecho de vivir en paz”). Especialmente emotivo fue el momento en que la cantante Andrea Cárdenas interpretó “Recuérdame”, tema principal de la película “Coco”.

Colaborador comprometido con el Hogar de Cristo desde hace 25 años, Roberto Bravo fue ovacionado por el público y él, contento, aceptó gustoso tomarse fotos con todos los que entusiasmados subieron a saludarlo al término del concierto. Se quedó hasta bien entrada la noche, como si no quisiera irse, lleno de gratitud por el cariño recibido, contento, sin duda, contento.