Después de ocho años de funcionamiento en Lota, la Escuela Nuevo Futuro de Súmate se trasladará a partir de marzo 2022 a pleno centro de Concepción, en un edificio en las calles Freire con Orompello. Las razones las explica su directora Mónica Chacón y tienen que ver con la sostenibilidad del proyecto educativo dedicado al reingreso de alumnos excluidos del sistema escolar.

Por María Teresa Villafrade

De sus actuales 75 alumnos, la Escuela de Reingreso Nuevo Futuro que Fundación Súmate tiene en Lota, espera pasar 120 estudiantes en marzo del 2022 y, más adelante, hasta 200. Esa es la esperanza ahora que dejan Lota y se instalan en pleno centro de la capital penquista. Un salto significativo y esperanzador para los 8.500 niños, niñas y jóvenes vulnerables que en la región del Biobío están excluidos de su derecho a la educación y de, alguna manera, condenados a ser adultos pobres y sin mayores expectativas de desarrollo.

“Esta etapa de traslado  ha sido puerta a puerta y estamos todos muy entusiasmados, porque lo vemos como una gran oportunidad. Concepción es el centro de todas las intercomunas del Gran Concepción. La gente llega desde Hualqui, Chiguayante. Hualpén, Talcahuano, Penco, Tomé y hasta de Lota. No así de Concepción a otras comunas. Venirse a Concepción era estratégico para aumentar la matrícula de la escuela”, revela Mónica Chacón, directora de la escuela de reingreso Nuevo Futuro de Lota, en proceso de traslado definitivo.

Hace un tiempo que ella y su equipo de la escuela venían planificando su traslado, pero la pandemia postergó esa decisión, dado que -con las clases online- las matrículas aumentaron. “Esa modalidad facilitó que jóvenes que trabajaban o vivían en otras comunas pudieran continuar sus estudios con nosotros, pero una vez que el Ministerio de Educación exigió la presencialidad, se nos hizo muy difícil sostener la escuela con menos alumnos”, señala Mónica.

La idea de cambiarse a otra comuna que les permitiera contar con un mayor número de estudiantes volvió a imponerse. “Desde que asumí el cargo en 2014, cada año nos costaba más captar alumnos y llegar a los chicos que no estaban estudiando, era un parto. Y se dio la paradoja en pandemia que pese a que teníamos más alumnos, la crisis se agudizó porque existe una competencia desleal a nivel municipal. Nosotros mantuvimos la calidad en la enseñanza y en la promoción, pero a nivel municipal los hicieron pasar de curso con una nota”, explica.

Se pusieron el plazo de comenzar el 2022 en un nuevo establecimiento y Mónica Chacón prácticamente dejó los pies en la calle buscando un espacio adecuado a los requerimientos de una escuela que es inclusiva y con una modelo pedagógico muy innovador de educación cooperativa, en donde las aulas flexibles la llevan.

“Si al 30 de noviembre no encontraba un espacio, teníamos que hacer un cese de un año con la escuela, lo que me parecía catastrófico porque me costó mucho armar este excelente equipo de trabajo. Afortunadamente, a mediados de noviembre encontramos este edificio de tres pisos en pleno centro, que queda en las calles Freire con Orompello, y que ocupaba la Superintendencia de Educación hasta el año pasado”.

Además de ser un espacio muy luminoso, tiene toda la red eléctrica nueva, ascensor, y está muy bien protegido. A una cuadra del mall del centro. Hace exactamente una semana firmó contrato con la familia Gidi, dueña del edificio. “Son personas muy dedicadas a la acción social, por lo que les hizo mucho sentido que nosotros fuéramos sus arrendatarios”.

ARREGLANDO LA CASA PARA MARZO

Con las llaves en mano, la directora está ahora viendo con un arquitecto todas las remodelaciones que hay que hacerle al edificio para implementar el modelo de aulas flexibles, que en definitiva permite adecuarse a las distintas necesidades que tienen los alumnos. “No es cualquier espacio ni cualquier sala. Por fortuna, contamos con el mobiliario”.

Con todo el equipo de docentes y el equipo psicosocial, se han distribuido las comunas del Gran Concepción para difundir el cambio de domicilio de la escuela y conseguir nuevas matrículas. De la capacidad actual de 75 alumnos, esperan contar con 100 a 120 en marzo del 2022 y, más adelante, hasta 200.

“Insisto: esta etapa ha sido puerta a puerta y estamos todos muy entusiasmados, porque lo vemos como una gran oportunidad”.  A nivel ministerial existe un gran interés en que se concrete con éxito este proyecto, porque Nuevo Futuro es la única escuela de reingreso en toda la región. “Vamos a partir con cuatro cursos de enseñanza media y un curso de básica (que ofrece séptimo y octavo en un año), además del taller de gastronomía que tenemos implementado para capacitarlos como ayudantes de cocina. La idea es ampliarnos a estética y a otras capacitaciones laborales”, adelanta.

Mónica Chacón cuenta que todo su equipo está bien dispuesto para trabajar en Concepción y 15 de los actuales alumnos de Lota van a continuar estudiando con ellos. El proceso de cierre de la escuela fue rigurosamente planificado conversando con cada familia, una a una. “Estamos tramitando pases de locomoción rebajado para quienes siguen con nosotros o becas de locomoción porque el pasaje vale mil pesos de Lota a Conce y a los estudiantes les cobran lo mismo porque son viajes interprovinciales”.

Para quienes no pudieron continuar en la escuela, se les buscó opciones educativas en Lota. “No los dejamos solos sino que hicimos alianzas con colegios que tienen educación de adulto, con un CEIA y un colegio particular subvencionado, para que nuestros alumnos tengan prioridad y sean admitidos. No ha quedado ningún cabo suelto y el cambio está resultando exitoso, tanto para los que se van como para los que se quedan”, dice la directora.

Tal como lo indica su nombre Nuevo Futuro, este 2022 será sin duda un gran cambio para la escuela de reingreso que por ocho años estuvo radicada en Lota.