Tecnología para emparejar la cancha

Publicado el 04/02/2019

Derian Hernández fue mal diagnosticado y estaba en una escuela especial. Hoy está por certificarse como analista en desarrollo de aplicaciones web, luego de encantarse con la programación, gracias a un programa de Hogar de Cristo en conjunto con School of Tech. Hoy sueña con terminar la enseñanza media para estudiar algo relacionado con  tecnología.

Por Arantza Alvayay

En un mundo dominado por redes sociales, aplicaciones y likes, la programación puede cambiar la vida de una persona. Historias como las de los magnates de Silicon Valley le han demostrado al mundo que con una buena idea y un computador puedes crear una revolución desde el garage.

Este sueño se siente cada vez más cercano para Derian Hernández (17). Luego de aprobar un curso de programación básica gracias al taller “Yo Programo” de School of Tech y Hogar de Cristo, su interés por la tecnología creció. Terminó con éxito el curso y este verano debutó como asistente en el Summer Camp 2019, donde enseñó a niños de entre 9 y 12 años a programar con JavaScript.

“Con el taller de Yo Programo tuve mi primer acercamiento real con la tecnología, solo tenía un computador pero nunca hice nada con programas y mucho menos con códigos de programación. Siempre supe que me gustaba lo relacionado con la tecnología, entonces  cuando School of Tech llegó a la escuela supe que era una buena oportunidad, me motivé enseguida a aprender y a aprovechar al máximo sus talleres”, cuenta Derian.

No todo ha sido fácil para él. Debido a un mal diagnóstico, estuvo años en una escuela especial. Hoy cursa octavo básico en la Escuela Padre Hurtado de Renca, de Fundación Súmate, que trabaja por la reinserción escolar de niños y jóvenes de alta vulnerabilidad.

Hoy, nuevas oportunidades se abren ante Derian. Justo cuando terminó el taller, se lanzó una beca para estudiar sin costo el curso de analista desarrollador de aplicaciones web, el cual tomó sin vacilar. Para postular se preparó con el profesor Erick Riquelme, quien comenta su fuerte espíritu y perseverancia. “Vimos que Derian era muy motivado, avanzaba rápido, con habilidades y tenía mucha tolerancia a la frustración, porque este es un lenguaje difícil de aprender. Por eso no quisimos dejarlo y continuamos preparándolo una vez terminado el taller”.

Luego de semanas de esfuerzo, el joven de 17 años está próximo a certificarse como programador. A fines de febrero dará su última prueba para convertirse en analista desarrollador de aplicaciones web. Derian quiere seguir estudiando, terminar su enseñanza media y prepararse para abordar una carrera relacionada con lo que ama: la tecnología.

 

 

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