Colombiana de nacimiento y radicada en Chile hace sólo tres meses, la estudiante del colegio Padre Hurtado de Fundación Súmate rápidamente se hizo conocida por sus habilidades en el ajedrez. Aprendió sola por celular y luego un vecino le enseñó más. No tiene intenciones de ser una “Gambito de Dama”; por ahora es un pasamiento que disfruta. Lo paradójico es que no tiene tablero propio.
Por María Luisa Galán
Cuando Mariana Osorio (13) vivía en Palmira, una localidad colombiana a una hora de la famosa Cali, un vecino menor que ella la invitó a jugar ajedrez. Ella ya sabía. Algo. Practicaba a través del celular. “Él tenía un entrenador y participaba en concursos de ajedrez. Yo sabía por internet, pero él me enseñó más”, cuenta hoy en Santiago de Chile, ciudad a la que llegó hace tres meses.
Primero vino su mamá, Luz Ramos (39), hace cuatro años. Buscando un colegio para la menor de sus tres hijos, llegó a la escuela Padre Hurtado de Fundación Súmate, en Renca. Ahí, en el colegio, los profesores se dieron cuenta de su rapidez en el área lógico-matemática y sobre todo, del potencial de Mariana en el ajedrez.
Quien descubrió su talento fue el profesor de historia y geografía, Gustavo Vásquez (36). Él, que desde los 12 años juega ajedrez, practica este juego de mesa con estudiantes durante los recreos, en un espacio destinado especialmente a ello. “El ajedrez es muy beneficioso en el desarrollo de diversas habilidades y capacidades como memoria, análisis y síntesis, resolución de problemas y toma de decisiones, empatía, socialización, creatividad e imaginación, aceptación de reglas, concentración, organización y planificación, inteligencia emocional. En fin, muchas”, dice.
En sus cortos meses en Chile, ya jugó el campeonato comunal de Renca, ganando en la categoría sub 14. Luego participó en el campeonato provincial, obteniendo el séptimo lugar. Un detalle importante. Mariana no tiene tablero, sólo juega cuando está en el colegio y aunque el celular es una alternativa, prefiere el juego físico. “Me gusta el ajedrez porque me divierte. Y como hay que pensar, es como un pasatiempo”, cuenta Mariana que tiene claro que, por ahora, no quiere ser como Beth Harmon, la protagonista de la serie de Netflix “Gambito de Dama”. “No estoy tan obsesionada como ella. Por ahora lo veo como un pasatiempo”, dice y aclara que su sueño es ser policía y defender a las niñas.
Mientras, su madre está feliz de que este sea su hobby. “Me gusta que juegue ajedrez, en vez de que esté con el celular”, cuenta Luz.
Arroz chino
Las escuelas de reingreso de Súmate, fundación del Hogar de Cristo, atienden a niños, niñas y jóvenes con dos o más años de rezago escolar. Su foco es desarrollar habilidades socioemocionales y cognitivas a través de metodologías que promueven las competencias y talentos de cada uno de los estudiantes.
Según el reporte anual 2021 del Hogar de Cristo, más de 3.400 niños y jóvenes participaron en las escuelas y programas socioeducativos de Fundación Súmate. El promedio de edad es de 17 años y el 54% son hombres. El 3% son migrantes. El 63% de los atendidos en esta línea de acción vive en situación de pobreza monetaria extrema, es decir, no cuenta con ingresos suficientes para cubrir sus necesidades básicas en alimentación, vivienda y vestuario.
-¿Qué es lo que más extrañas de Palmira, Mariana?
-Me he sentido bien en Chile, pero lo que más extraño es la comida. Mi plato favorito es el arroz chino, que incluye arroz, salsa negra, carne, pollo”.