La fundación Súmate del Hogar de Cristo que trabaja en la reinserción educativa de los niños, niñas y jóvenes que están fuera del sistema escolar, inició un profundo proceso de transformación digital a la luz de lo sucedido en la pandemia. Los objetivos son llegar a más jóvenes con sus trayectorias educativas interrumpidas, ser más flexibles en su acompañamiento y entregarles una educación integral que incluya el desarrollo de habilidades socioemocionales y digitales.
Por María Teresa Villafrade
El Ministerio de Educación cifró en cerca de 40 mil el número de niños, niñas y jóvenes que salieron del sistema escolar el 2020 producto de la pandemia, los que se sumaron a los 187 mil que, por múltiples causas, ya estaban excluidos antes de la crisis sociosanitaria. La Fundación Súmate de Hogar de Cristo trabaja precisamente con estos grupos marginados, promoviendo su reingreso a la escuela a través de colegios especializados y programas socioeducativos.
Con una amplia experiencia en la materia, el año de pandemia y de clases a distancia, resultó ser el empuje que se necesitaba para avanzar en la construcción de un ambicioso proyecto de transformación digital que de alguna manera ya se veía venir. Liliana Cortés, directora de Súmate, explica: “Este proyecto viene a complementar nuestro servicio y a darle una inyección de energía a la fundación para poder llegar a más jóvenes y de mejor forma. Es una oportunidad que surge a partir de la pandemia, de la suspensión de clases y de que no teníamos cómo llegar de forma directa a los alumnos. En esa búsqueda de alternativas nos encontramos con la gran oportunidad que brinda el mundo digital”.
Súmate confía en el alto potencial de estos niños y jóvenes que tienen enormes brechas de conocimientos generales y digitales, pero que con un debido acompañamiento son posibles de superar. “Es un desafío enorme disminuir la brecha digital en la que viven los jóvenes con los que trabajamos y sus familias. No queremos que se queden nuevamente atrás en este desarrollo en que Chile está embarcado. Si no le ponemos sentido de urgencia a este tema, vamos a volver a generar desigualdad en el mundo de la educación”, agrega Liliana Cortés.
Para ello se propuso como meta habilitar espacios virtuales de aprendizaje que permitan llevar al siguiente nivel el servicio de acompañamiento. Actualmente, tienen tres proyectos en construcción:
- FLOPPY: Es una aplicación mediante la cual el participante podrá desarrollar habilidades socioemocionales que apunten a un mayor bienestar, al tiempo que lo motiva a continuar su trayectoria educativa por medio de la gamificación –que es una técnica de aprendizaje que traslada la mecánica de los juegos al ámbito educativo-profesional– y un constante refuerzo positivo.
- EVA: Es una modalidad de trabajo virtual complementario al presencial. Se trata de aulas virtuales u otras plataformas en formato sincrónico y asincrónico, que se adaptan a las necesidades de los participantes. De esta forma se promoverá y fortalecerá la alfabetización digital y permitirá transitar hacia un modelo híbrido de trabajo –presencial y virtual– con los jóvenes. Se hará más flexible el acompañamiento socioeducativo.
- CRM: Es un sistema transaccional que permite recoger y sistematizar la información de todo el proceso del participante en base a instrumentos, fichas de trabajo, desarrollo de un plan de acompañamiento, monitoreo y generación de reportes. Tiene el beneficio de contar con la información en una sola plataforma y contar con reportes y datos cuantitativos de manera dinámica y eficaz.
Los desafíos y oportunidades que implica implementar estos tres caminos requiere, por supuesto, de financiamiento, de capacitación en Teams for Education, de preparación de contenidos para la aplicación y para las aulas virtuales y, además, de la búsqueda de conectividad para los jóvenes.
Respecto a este 2021, Liliana Cortés afirma: “Esta transformación digital que nos hemos propuesto viene a resolver un problema y un dolor que teníamos desde antes de la pandemia, porque muchos de nuestros jóvenes presentaban inasistencias reiteradas, producto de sus responsabilidades (cuidado de hermanos, hijos, trabajo). Con este cambio, vamos a complementar nuestro servicio presencial y también darles oportunidad a quienes no pueden asistir de acudir a clases virtuales y de tener contacto con sus profesores a través de videollamadas y otros recursos”.
Además, el hecho de que los equipos de Súmate estén conectados a nivel nacional e internacional con otras experiencias de reingreso plantea desafíos enormes de desarrollo profesional. “Tendremos la oportunidad de acelerar nuestros procesos de aprendizaje interno, de incorporar nuevas prácticas y conocer a distancia a otros que hacen el mismo trabajo y crecer con ellos. Este proyecto de transformación digital nos abre las puertas de ir conformando y ser parte de un ecosistema que tiene un sentido de urgencia por la reincorporación de los jóvenes a la educación, de forma profesional y con servicios de calidad. Nos proyecta en el tiempo para de verdad disminuir la brecha de quienes están hoy fuera del sistema escolar”, dice finalmente.
Lee más sobre la directora de la fundación, elegida entre las 100 Mujeres Líderes 2020.