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Nuestra Historia

PAN, TECHO Y ABRIGO

La búsqueda de justicia social que marcó la personalidad y la vida del padre Alberto Hurtado, lo llevó a fundar el 14 de octubre de 1944 el Hogar de Cristo, cuyo objetivo era brindar “pan, techo y abrigo” a los más pobres y excluidos, sello que se ha mantenido hasta ahora, involucrando el concepto de comprender la pobreza como la más profunda vulneración de los derechos humanos.

La constante preocupación del sacerdote por los más necesitados quedó registrada en un hecho que sucedió ese año 1944. Durante una noche de lluvia,  se encontró con un hombre enfermo, mojado, que tiritaba de frío. En ese momento, decidió que esa realidad chilena no podía seguir ignorándose.

Después de crear el Hogar de Cristo, Alberto Hurtado se enfocó en la construcción de su sede principal en la calle Bernal del Mercado.

Poco antes de su fallecimiento, en agosto de 1952, dictó una carta de despedida a los amigos del Hogar de Cristo, una suerte de testamento social, donde sentó las bases de la entidad, la que se fue expandiendo y ampliando en su accionar a partir de entonces.

En 1954, nació la Funeraria Hogar de Cristo y, en 1957, la obra se extendió a regiones. Las primeras dos filiales fueron en Antofagasta y en la ciudad de Los Ángeles.

 

ENCUENTROS TRANSFORMADORES

En 1960, se reorganizó la Patrulla de la noche, que buscaba reeditar las rutas que hacía el Padre Hurtado para ir en la búsqueda de los niños abandonados que vivían en la calle. Ese mismo año se inauguraron los hogares familiares, que propiciaban la idea de una casa familiar más que de un internado para acoger a estos niños.

En 1964, se creó el primer hogar para adultos mayores en pobreza, mientras en la década de los 70 se inauguraron nuevas filiales en Arica, Concepción, Copiapó y Valparaíso, así como centros abiertos para adultos mayores y la sección para enfermos terminales.

A inicios de los años 80, comenzaron a funcionar los centros de alto riesgo, acogían a jóvenes en situaciones particularmente difíciles.

El año 83 se hizó la primera Cena Pan y Vino, una instancia de encuentro entre los más desvalidos con los más prósperos sectores de la sociedad. En ella se buscaba generar recursos para quienes más lo necesitan, la que se ha mantenido vigente hasta ahora.

A fines de los 80 y principios de los 90, el Hogar de Cristo fue logrando presencia en todo Chile, inaugurando las filiales de Puerto Montt, Osorno, Punta Arenas, Santa Cruz, Laja, Curicó, Rancagua, Castro, La Serena, Iquique, Nueva Imperial, Ancud, Ovalle y Puerto Aysén.

POBREZA =  VULNERACIÓN DE DERECHOS

Desde sus inicios, Hogar de Cristo se ha caracterizado por la innovación en el diseño e implementación de programas sociales.

En 1989, bajo el nombre de Fundación Padre Álvaro Lavín, se creó la actual Fundación Súmate, institución que actualmente busca reinsertar en el sistema educacional a niños, niñas y adolescentes en situación de pobreza.

En1995, se creó la Fundación Rostros Nuevos, una entidad encargada de acoger y potenciar el desarrollo de personas que, además de vivir en situación de pobreza, presentan algún grado de discapacidad mental.

En 2002, nació el Fondo Esperanza, centrada en potenciar microempresas de subsistencia, a través de un programa de microcréditos, con foco en mujeres jefas de hogar.

Tras el trabajo desarrollado por Hogar de Cristo en conjunto con la Fundación Credho, en 2005, surge Fundación Paréntesis, especializada en materia de pobreza y consumo problemático de alcohol y otras drogas.

A fines del 2010, con el objetivo de potenciar la activación, inclusión y empleabilidad de las personas que, por su pobreza, están excluidos del mercado laboral, se creó Fundación Emplea.

Actualmente Hogar de Cristo organiza su trabajo en seis líneas de trabajo, a través de las cuales se aborda la pobreza y la exclusión social de forma multidimensional. Ellas son: Inclusión Integral para Personas en Situación de Calle; Apoyo, Cuidado y Desarrollo de la Autonomía (que contiene las temáticas de Adulto Mayor y Discapacidad Mental); Protección Integral y Apoyo Terapéutico (que considera el trabajo Infanto-Adolescente y el Consumo Problemático de Alcohol y Otras Drogas); Educación Inicial; Reinserción Educativa y Trayectorias Laborales Inclusivas.

 

MILAGRO Y BEATIFICACIÓN

En 1994, el Padre Alberto Hurtado fue beatificado en Roma por el Papa Juan Pablo II, tras la acreditación de un milagro. Ese mismo año comenzó la construcción del Santuario que hoy conserva sus restos.

El 23 de octubre de 2005, el Papa Benedicto XVI en compañía de 31 cardenales declaró al Padre Alberto Hurtado Santo de la Iglesia Católica. Para quienes forman parte de esta fundación, la espiritualidad del Hogar de Cristo actualmente no es otra que la mística social que dejó su fundador y que hoy llama a seguir trabajando por los más necesitados, buscando hacer de Chile un lugar más digno y justo para todos.